Los “barreteros” no dan respiro a la Policía. Menos a quienes tienen un local en la zona céntrica de la ciudad Capital. El miércoles lo sufrieron los propietarios de un estudio contable, una agencia de viajes y turismo y una mutual. Ayer fue el turno de la sede de la Obra Social de los Empleados de Comercio y Actividades Afines (Osecac), ubicada en Buenos Aires 28 casi Libertad.
Minutos antes de las seis de la mañana, Elva Coronel (50 años) llegó a su lugar de trabajo. Apenas pisó la vereda advirtió que la puerta de ingreso había sido forzada. Tenía signos de haber sido barreteada en la parte superior. La empleada ingresó y comprobó que todos los bienes habían sido removidos.
Posteriormente, comprobó que los ladrones llegaron hasta el tercer piso de la obra social, desde donde se llevaron una caja fuerte que contenía 60 mil pesos. Pero no quedaron conformes. En la intensa búsqueda, los delincuentes lograron ubicar la caja registradora, desde donde se llevaron otros 20 mil pesos, revelaron fuentes ligadas con la investigación.
Coronel se trasladó hasta la Comisaría Primera, donde informó el hecho delictivo. A partir de ese momento, se inició el procedimiento de rigor con personal de la División Criminalística, a fin de encontrar huellas que permitan la identificación de los autores del robo.
El hecho fue informado a la fiscal Dra. Carla León, quien ordenó que efectivos de la División Delitos Comunes se hiciera cargo de la investigación.
A causa del trabajo policial, la obra social interrumpió por unas horas la atención a sus afiliados, indicaron desde Osecac.
Sospechan de delincuentes de otras provincias
Las cámaras de seguridad de la Policía y de comercios de inmediaciones, donde se produjeron los cinco robos en poco más de doce horas, serán de vital importancia para identificar a los “barreteros” que se llevaron en total más de 300 mil pesos. No obstante, los investigadores también ampliaron las averiguaciones hacia los barrios periféricos, donde podrían estar en “aguantaderos”.
Es que los “sabuesos” sospechan que los robos fueron protagonizados por delincuentes foráneos, aunque con “buena información” brindada por gente local.
En este sentido, aparentemente, los malvivientes fueron “cuidadosos”. Eligieron locales donde no hay cámaras de seguridad y evitaron que quedara cualquier registro fílmico del accionar delictivo.
Los investigadores sostienen que “trabajaron” varias personas en los “golpes”, algunos de los cuales podrían haber actuado de “campana”, una tarea que siempre se la dejan al contacto local.
Por este motivo, se inmiscuyeron en los ambientes delictivos para encontrar datos que permitan saber quienes son los autores.
