Una mujer del barrio Campo Contreras viejo, de la zona sur de la ciudad Capital, advirtió antenoche que uno de sus hijos menores estaba enfermo y acompañada de su pareja lo trasladó hasta el Cepsi para que sea atendido por un pediatra. Antes de salir, la mujer dejó a su otro hijo, de 3 años, al cuidado de su abuelo de 57 años, quien es discapacitado.
La mujer con su hijo enfermo regresaron después de la medianoche. En esa circunstancia, su padre le comentó que el nieto que había quedado a su cuidado salió a la calle y no lo pudo seguir por su dificultad motriz. Sin embargo, le dijo que posiblemente esté en la casa de un vecino de 25 años.
La madre se trasladó hasta la vivienda del joven, pero este —según la denuncia de la mujer— le dijo que no estaba el niño en esa propiedad, donde también se encontraba con dos hermanos.
A partir de ese momento, con la ayuda de vecinos comenzaron a buscarlo por el barrio, pero no lo encontraron. Una joven de 21 años, quien estaba convencida de que podría estar en la casa del citado vecino, le pidió permiso e ingresó en la casa, donde halló al menor dormido en un mueble de mimbre.
El niño fue trasladado a su casa y al despertarse contó que se había dormido, luego de que el joven le había convidado un vaso de gaseosa.
La madre realizó la denuncia en la Comisaría Quinta del Menor y la Mujer y se determinó que el niño no presentaba lesiones.
La mujer escrachó en su cuenta de Facebook a su vecino y sostuvo que su hijo estuvo secuestrado y “atado con un cable”, con la finalidad de “venderlo” a los gitanos que frecuentan su domicilio. Sin embargo, esos detalles no denunció en la comisaría, por lo que la fiscal la citó para hoy al Ministerio Público, a fin de que corrobore los hechos.
