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Opinión #Opinión

Colapso Sanitario en India

India con una alta tasa de concentración poblacional, un sistema de salud endeble y sin redes de contención social se ha convertido en una pesadilla para el control del COVID-19.

Con una nueva cepa doble mutante del Covid-19 que parece inmune a las vacunas actuales en India se han disparado las tasas de positivos a 300.000 casos diarios confirmados, provocando asimismo casi dos mil muertos diarios reportados en lo que se ha convertido en una nueva y mortal segunda ola que despierta el miedo en la población, en las empresas, en el sector financiero y en los innumerables trabajadores migrantes que se desplazan por todo el país para conseguir su magro sustento debido a los efectos económicos de nuevos cierres, la pérdida de trabajo, la expansión del virus y las muertes que este puede ocasionar. 

 

Las autoridades sanitarias y políticas se encuentran con la disyuntiva de que no sólo no saben cómo frenar esta ola mortal; sino que tampoco saben qué hacer para que la economía del país no termine colapsando.

 

Mientras los países desarrollados siguen vacunando sin pausa para tratar de dejar atrás esta crisis sanitaria y económica global, se olvidan de los efectos económicos adversos que el colapso económico y social de India (que posee el 18% de la población mundial y 12% de la fuerza laboral mundial y ocupa el quinto lugar dentro de las economías más importantes del mundo por encima de Francia y Gran Bretaña) podría ocasionar a la economía mundial. Según economistas consultados en Estados Unidos esta situación podría arrastrar a una nueva recesión como la de principios de la pandemia durante el 2020 y de la que ningún país quedaría exento, ocasionando lo que ya se está percibiendo como una tímida inestabilidad en las Bolsas de Comercio más grandes del mundo.

 

Durante las tres últimas semanas los casos positivos de COVID se han cuadruplicado en la India, pero esto recién es el comienzo dicen todos, desde el más humilde trabajador hasta los financistas más grandes del país. Y a pesar de que el sistema sanitario está totalmente colapsado, sin camas para recibir a más pacientes, con faltantes de vacunas y con un denominado¨ expreso del oxígeno¨ tal el nombre que el Ministro de Transporte puso al tren que lleva por todo el país los preciados contenedores de oxígeno para salvar la mayor cantidad de vida posibles. 

 

Aunque los estados sureños del país, que parecen los más afectados, no han tomado ningún tipo de medidas de contención para tratar de detener la expansión de la enfermedad, los analistas políticos explican esta situación se debe a las elecciones que se están realizando en esos estados y determinarán la continuidad o no de estos funcionarios en los cargos públicos que detentan. Los médicos temen que con los festivales y peregrinaciones religiosas como las del Kumbh Mela que convocan a cientos de millones de personas a las aguas del rio Ganges en el Norte del país la segunda ola se expanda también en esta región.

 

Ashish K. Jha, de origen hindú y director de la Universidad Brown de Medicina en Estados Unidos, expresa su preocupación por la situación sanitaria en su país de la siguiente manera: “Abandono político, pobres mensajes sobre la pandemia, peor política sanitaria y una sensación de que India venció a la enfermedad nos ha conducido a una hecatombe con más de 2000 muertos diarios. El desastre humanitario está enfrente nuestro desarrollándose en este momento”.

 

Mientras los casos siguen creciendo sin fin, las autoridades han comenzado a anunciar confinamientos localizados comenzando por la Capital Nueva Delhi que ha tenido 24.000 casos en un solo día, para tratar de parar el avance del virus. Situación ésta que ha provocado una de las más grandes migraciones internas de los últimos años y que según los censos estatales llega al desplazamiento de más de 8.000.000 de trabajadores que viven con no más de  U$S 2 diarios, que están tratando de salir de la ciudad sin ningún tipo de control sanitario ya que no tienen dónde dormir en Delhi. A todo esto, tenemos que sumar las tragedias de los más vulnerables que dependen del día a día para comer, como expresa un peón de taxi de 30 años que cuenta que solo tiene U$S 1,35 para sobrevivir al menos una semana y con eso tiene que comer, pagar impuestos, gas, luz y el alquiler.

 

Mientras la crisis parece incontenible en esta etapa, con filas de ambulancias en los hospitales a falta de camas y crematorios como los de la Ciudad de Bophal trabajando las veinticuatro horas los siete días de la semana, de momento el problema de esta nueva segunda ola en India con una cepa doble mutante parece ser solo local. 

 

Pero como ocurrió en Brasil con su cepa Manaos que se trasladó a la Argentina, los sanitaristas tienen miedo que esta segunda ola se expanda a países vecinos como Pakistán y Bangladesh debido al descontrol que existe en las fronteras. Y también a Japón y Corea por las relaciones comerciales de estos países con India y de allí de vuelta a China y a todo el lejano oriente.

 

India tiene a la fecha un total de 15,3 millones de casos con 180.000 muertes registradas en las grandes ciudades; pero no existen registros sobre este fenómeno en áreas rurales donde la indigencia y la falta de servicios es la reina.

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