Opinión

Implicancias y consecuencias del fracasado referéndum en Cataluña

Cataluña

Sin inmutarse por la violenta ofensiva de las fuerzas de seguridad en Cataluña, que impidieron el acceso de la ciudadanía a los lugares de votación, dejando un saldo de más de 700 personas heridas en los tumultos callejeros, entre quienes pujaban por ingresar a sufragar en el referéndum independentista, el presidente de España, Mariano Rajoy, contra todos los pronósticos que aludían a una posible caída de su gobierno, tras los violentos acontecimientos y por el fracaso de un diálogo con el gobierno catalán, desde tiempo antes de que las tensiones aumentaran, dirigió un mensaje por cadena nacional al pueblo español —en tono monocorde—, refiriéndose en duros términos al fracasado referéndum impulsado por la Generalitat (gobierno catalán), a través de mecanismos institucionales locales (como fueron las leyes dictadas por el Parlamento de Cataluña), violando la Constitución española que no habilita a los estados autónomos a adoptar semejantes medidas separatistas.

 

Los lamentables acontecimientos ocurridos ayer en Cataluña eran previsibles, teniendo en cuenta la intransigencia de ambas partes para revertir posturas en torno a la convocatoria al referéndum. Pero que ahora entra en un terreno pantanoso e imprevisible, es el futuro inmediato en torno al problema subsistente del independentismo o la pertenencia a una España unidad en la diversidad de regiones indisolubles bajo el imperio de la Constitución. Más allá de entrar en consideraciones sobre las razones y motivos que mueven a ciertos pueblos —o parte de ellos como en el caso catalán— a sostener ideales independentistas en el marco de la democracia, cualquier observador de la grieta entre los gobiernos de Cataluña —y sus seguidores separatistas— y España —con su gobierno defensor de la unidad del país y de la defensa constitucional— puede concluir en que no habrá solución al problema de persistir la falta de diálogo y de profundizarse las diferencias. Por otra parte, sostienen los analistas que si Cataluña hubiera llegado a independizarse de España, siendo el caso de la pertenencia española en la Unión Europea, el gobierno catalán se vería en serios problemas al separarse de hecho de esta comunidad de naciones, pues ese cambio de fronteras dejaría a Cataluña fuera de UE, violando el orden constitucional en una democracia, además de quedar sin Banco Central y con empresas que emigrarían o no tendrían acceso al mercado europeo, como así también sus ciudadanos no tendrían libertad para moverse por Europa.

 

Para el presidente Mariano Rajoy, el intento de referéndum fue un ataque al estado de derecho y a la democracia”. En ese sentido, defendió lo realizado por su gobierno: “Respondimos con firmeza y seriedad al proyecto que quería liquidar la Constitución española, pero se encontraron con un gran frente de partidos, políticos, jueces, fiscales y fuerzas de seguridad (además de una gran marcha multitudinaria antiindependentista el día anterior) que supieron defender la legalidad y la democracia”. Por otra parte, ni el derecho europeo ni el internacional reconocen el derecho a decidir al que apela el nacionalismo catalán.

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