Este 24 de marzo nos trajo, una vez más, Memoria, Verdad, pero menos Justicia. A pesar de que los grandes medios intentan, persistentemente, escribir otra historia, la historia “oficial”, la realidad se empeña en refrescarnos nuestra verdadera historia reciente. Nos muestra una y otra vez los viejos nuevos actores.
Viejos nuevos funcionarios de la década del ‘90, dilectos alumnos de los padres de la economía neoliberal como los Álvaro Alsogaray o los Domingo Cavallo, instrumentos necesarios del modelo económico instaurado por la última dictadura militar. Organismos que vuelven, como inmortales vigilantes de los intereses económicos de los extranjeros del norte y de la elite argentina: el Fondo Monetario Internacional y la banca financiera internacional.
Tenemos indicios de que estamos viviendo épocas “parecidas”, hoy en día, a los oscuros años que nos trajo el golpe de Estado del ‘76, pero también a la década de los ‘90, y en pinceladas, a épocas anteriores inclusive.
“Esa estrategia pretendió desarticular definitivamente al movimiento obrero, reinstalar los mecanismos de poder económico y la distribución vigentes antes del peronismo y asentar a la economía argentina en una marco de dependencia, nuevamente, en el sector agropecuario exportador y en los grupos comerciales y financieros ligados a ellos”. Parecen palabras escritas ayer nomás verdad? Pues esta es una muestra de cómo se repiten la historia y los actores.
Esta opinión pertenece al maestro Aldo Ferrer, caracterizando la política económica de Alsogaray, mientras era ministro de Frondizi, en los tempranos ‘60. Por supuesto que Alsogaray tuvo que renunciar en 1961, porque la crisis hizo insostenible la paz social. Por supuesto que el diablo le pagó mal a Frondizi también.
La primarización de la economía es una característica de estos modelos: la apertura de las importaciones termina con cualquier intento de proceso de industrialización. Los países que nos venden sus productos, subsidian a sus productores, y es por eso y no porque ellos sean más competitivos que nosotros necesariamente, que los precios de sus productos son más bajos. Como no tenemos industria, terminamos exportando productos primarios, casi sin ningún proceso industrial.
La mayor importancia del sector financiero, es otra característica en común. Las bicicletas financieras son los vehículos de moda en esas épocas. La combinación de las bicicletas con el endeudamiento externo es mortal.
El endeudamiento externo también caracteriza a estos modelos. Cuando los militares irrumpieron en el ‘76, la deuda externa era de 7.800 millones de dólares. Cuando volvió la democracia, la deuda había ascendido a 45.000 millones de dólares! Siendo presidente del Banco Central durante los militares, Domingo Cavallo inventa el Seguro de Cambio, y en un instante, pasa la deuda privada externa a deuda externa a pagar por todo el Pueblo argentino.
Entre las empresas a las que Cavallo les “perdona” la deuda se encuentran: Alpargatas S.A., Grupo Macri, Banco Francés del Río de la Plata, Banco de Galicia, Bunge y Born S.A., Grafa S.A., Molinos Río de la Plata, Loma Negra S.A, Ledesma, Pérez Companc S.A., Acindar S.A., Ingenio Ledesma, entre otras.
Cualquier parecido de aquellas épocas con la realidad actual, no es mera coincidencia. Hoy explota de nuevo en endeudamiento externo. Todavía no podemos saber cuánto será el agujero que dejarán, pero lo seguro es que seguirán pagando los mismos de siempre.