Son días de pesadilla para el Gobierno. Lo que no podía pasar, sucedió: una crisis de financiamiento. Empezó por la coyuntura de turbulencias en el plano financiero internacional, e impactó luego en la fragilidad de la economía argentina. Grandes fondos de inversión dejaron sus jugosos rindes en Lebacs y se fueron al dólar y del país. El Banco Central hizo ventas por U$S 5.300 millones.
El exsecretario de Finanzas Guillermo Nielsen las había definido como reservas del BC “no genuinas, alquiladas” contra las Lebacs, una buena figura para entenderlo.
Hasta hace unos días el Gobierno giraba en torno a concentrar las malas noticias de los tarifazos en estos pocos meses, para tener un segundo semestre más calmo en términos de inflación y un 2019 de recuperación —con índices paulatinamente más favorables para la economía—, todo cocinado para ganar las elecciones del próximo año.
Todo parece haberse pulverizado en días.
El viernes debió anunciar un programa de urgencia de shock para lograr al menos una tregua del mercado. Con tasas exorbitantes del 33% para calmar las aguas.
Suba de tarifas
En el Congreso la oposición se endurece. El miércoles habría media sanción al proyecto del peronismo federal y del massismo para limitar los aumentos de tarifas. Tendrá apoyo del kirchnerismo.
El proyecto retrotrae tarifas de servicios públicos a noviembre de 2017 y las aumenta según el índice de variación salarial (para hogares) y de precios mayoristas (para pequeñas y medianas empresas). Para no afectar finanzas provinciales quedará afuera la rebaja del IVA, que se coparticipa.
Fue un pedido de los gobernadores, lo cual allanaría la sanción en el Senado.
El Gobierno anticipó que lo vetará. Sostiene que es un costo de 100 mil millones de pesos, “insostenible”.
El tema tarifas que tanto preocupa a la UCR, y que llevó al radicalismo a proponer con éxito a la Casa Rosada el pago en cuotas de los aumentos de gas, ya no será el único.
Se vienen las consecuencias de la crisis de los últimos días, porque la disparada del dólar es una devaluación que se trasladará a precios. Pérdida de poder adquisitivo, más caída del consumo de la que ya se verifica (el consumo masivo cayó 1% en el primer trimestre del año, 4% en las capas de menores recursos, se difundió el viernes).
Como parte del ajuste fiscal se redujo en 30 mil millones de pesos el presupuesto para obras públicas, que pretendía ser el motor del crecimiento. Se anticipa mayor recesión y enfriamiento de la economía.
A diferencia de otras ocasiones el Gobierno no puede responsabilizar al kirchnerismo. Los K guardan un llamativo, estratégico silencio. Lo dejan a Macri solo frente a su propio espejo.