Más allá de la descripción del conflicto con su correlato de muerte, destrucción, sufrimiento y familias desmembradas; debemos preguntarnos: ¿Cuáles son sus orígenes? ¿Por qué explota nuevamente? ¿Quiénes son sus jugadores, sus posiciones geoestratégicas y quiénes serán, a nuestro criterio, los ganadores y perdedores más allá del triunfo territorial de uno u otro bando?
Para entender el origen del conflicto debemos retrotraernos al periodo anterior al Imperio Romano, donde este territorio era parte del Reino de Armenia, considerada como su décima provincia. La autonomía armenia se mantuvo con diversas fluctuaciones en la región bajo distintas dinastías, a pesar de los cambios de dominios territoriales producidos a lo largo de la historia entre el Imperio Bizantino, Irán, las invasiones mongolas y las tribus musulmanas. Periodos estos, en los cuales la presencia se mantuvo con diversas fluctuaciones en la región en esta región armenia siempre fue mayoritaria.
A principios del Siglo XIX Rusia se interesó por estas tierras declarándole la guerra al Imperio Persa, saldándose este conflicto con el reparto de las tierras entre ambos Estados. A fines de la Primera Guerra Mundial y como consecuencia de las revoluciones que afectaban la zona, esta región declaró su independencia y se desató una guerra de genocidio liderada por Turquía y Azerbaiyán, que concluyó en la ocupación Soviética a fines de 1920 y su incorporación a Rusia. Es ahí, para parar la masacre, que Moscú en 1921 decidió entregar a Azerbaiyán este territorio aunque con amplia autonomía local, a pesar que el 94 por ciento de la población de Nagorno Karabaj era armenia; dejando pendiente un referéndum de independencia para cuando la situación se pacificare que nunca se realizó.
Es así que luego de la disolución de la antigua Unión Soviética este conflicto vuelve a surgir y se desata una guerra que durará en sus diversas fases desde 1988 hasta 1994 y que terminará con el triunfo Armenio y la conquista de este territorio dejando millares de muertos en ambos lados, además de una nueva limpieza étnica. La nueva zona de frontera se denominó La Línea de Contacto. Sobre esta hubo varias escaramuzas siendo la más importante la del 2016.
Así llegamos a este conflicto que ha vuelto a estallar en el año 2020, al parecer con la misma o mayor furia que antaño.
Mientras las tensiones y el calor de los combates siguen aumentando, en ambos países se emitieron decretos de movilización general de todas las reservas convocando a todos los ciudadanos de entre 18 y 54 años, convirtiéndose esta en una guerra abierta y total entre ambos bandos.
Debemos destacar que existen otros actores externos con intereses estratégicos en que el conflicto se torne aún más sangriento. Y para esto debemos mirar en primer lugar a Turquía cuyo gobierno de nacionalista de corte islámico está tratando de expandir su influencia y poder en la región para volver a reeditar una versión moderna del Imperio Otomano. Ain olvidarnos que Azerbaiyán además de ser un gigante del petróleo es un gran socio comercial de este último país por el que pasan los oleoductos que abastecen a Europa.
Esta asociación no solo es comercial sino también militar. En los últimos años Turquía ha suministrado a Azerbaiyán grandes cantidades de tecnología militar de avanzada y pertrechos bélicos. Mientras que históricamente Turquía siempre sostuvo que este conflicto debía resolverse pacíficamente, su actitud política ha cambiado el último año, primero acusando a Armenia de ser el peor obstáculo para la paz en la región y enviando (según informes de agencias de inteligencia de occidente) a milicianos sirios opuestos al gobierno de Asad, a los que se les habría ofrecido un pago de aproximadamente U$S 2.000 por mes para combatir contra los cristianos de Armenia.
Por otra parte tenemos a Irán que a su vez es un aliado de Turquía y que en principio había declarado su neutralidad en el conflicto y estaría permitiendo el envío de armamento ruso con destino a Armenia a través de su frontera, deteniendo a comandos azerbaiyanos que se encontraban operando dentro de su territorio para destruir los suministros rusos.
Irán habría declarado al mismo tiempo su apoyo al gobierno de Azerbaiyán expresando que no permitiría la muerte de sus hermanos musulmanes chiitas en manos de no creyentes, con lo cual ha comenzado a preocupar internacionalmente este doble juego.
Debemos recordar nuevamente que Azerbaiyán si bien es un país musulmán de mayoría chiita, su gobierno es laico y está aliado a occidente, manteniendo una excelente relación comercial y militar con Israel a la que provee de petróleo, compra tecnología militar de última generación y con la que se estima tiene acuerdos de defensa según los que, en caso de agresión iraní a Israel, este país podría utilizar su territorio como plataforma para su fuerza aérea. Aunque Israel, que viene sumando tratados de paz con el mundo Árabe y mantiene también buenas relaciones con Armenia se ha mantenido al margen en este conflicto.
Por eso nos preguntamos también qué ocurriría si esta guerra fomentada por Turquía como aliado de Irán fuese perdida por Azerbaiyán. Si tras bambalinas no se produciría una revolución islámica que derrocase al gobierno laico lanzando a este rico país petrolero a la órbita del nuevo eje Turco-Iraní, terminando con la alianza que los Azeríes tienen con Occidente.
Por otro lado, si la diplomacia rusa no detiene la guerra y se produce una derrota militar de Armenia con quien mantiene un tratado de defensa militar recíproca, saldada con un baño de sangre como lo atestigua un testimonio del Congresista norteamericano Howard Berman en el año 2009 quien reprodujo una conversación entre una delegación municipal del Estado de Bavaria en Alemania en Bakú donde se encontraron con el Ministro de Defensa de aquel país Safar Abiyev en 2004 quien les expresó:“En los próximos 25 años no va a existir más el Estado de Armenia en el Cáucaso Sur. Estas personas no tienen derecho a vivir en esta región”, agregando “nuestro fin es la completa eliminación de Armenia. Ustedes como alemanes nos deberían comprender”.
Esta derrota significaría un desprestigio y pérdida de influencia de Rusia en toda la región dejando a su vez a Azerbaiyán a manos de Turquía con la que tiene varios conflictos militares y de intereses en otras regiones como Siria y Libia.
Es por eso que nos preguntamos quienes son realmente peones y reyes en este tablero del Cáucaso donde los únicos que tienen todo para perder son los dos países que están enfrentados en esta guerra que dejará graves secuelas y a una generación lamentablemente diezmada.