Opinión

Biden su política para Latinoamérica

Antes que nada debemos plantear en forma categórica que el recuento de los votos en Estados Unidos no ha terminado aún, y a más de una semana de finalizadas las elecciones los resultados no han sido certificados por la autoridad electoral nacional de aquel país. Porque si nos remitimos a los resultados oficiales y no a los publicados por los medios de prensa, ninguno de los dos candidatos ha alcanzado el “milagroso” número de los 270 representantes que le aseguraría ser ungido próximo presidente electo de una democracia que parece ser no menos que bastante defectuosa.

 

 

Datos que hasta este momento darían una pequeña ventaja al presidente Donald Trump con 232 electores contra 227 de Biden, ya que existen cuatro estados con conflictos judiciales por fraude electoral y un eterno conteo en los estados de Nevada y Arizona que parece nunca terminar.

 

 

La profesión del analista internacional, como la del periodismo, no es la tomar parte en las contiendas; sino que debemos dejar de lado sentimientos y predilecciones personales que ciegan y sesgan la opinión y producen confusión al público. La función que se encarga al redactor es similar a la que realizan los forenses médicos: analizar y verificar las evidencias y las inconsistencias entre los discursos y los hechos, considerando a todos por igual sin menospreciar a nadie; aunque personalmente no nos agrade ese alguien.

 

 

Debido a que los medios de prensa dan como ganador de la contienda electoral a Joe Biden, candidato del partido Demócrata, este se adjudicó la victoria y ha comenzado a trabajar para la transición gubernamental nombrando equipos de trabajo con experiencia en las diversas áreas de gobierno. Y Latinoamérica no podía ser la excepción.

 

 

Debemos decir al respecto y para no realizar especulaciones sin fundamentos que Biden tenía asignado durante toda la etapa del gobierno de Obama todo lo referente a la política de nuestra región, ya que el Ministro de Relaciones Exteriores de aquel gobierno, John Kerry; estaba totalmente excedido por los acontecimientos de la guerra en Ucrania, combatiendo a Rusia, tratando con Irán, Asia, África del Norte, el Medio Oriente y ocupado con la primavera árabe. Tratando de derrocar a todos los gobiernos de esta región.

Es así que Biden durante su periodo como Vice-Presidente fue bastante prolífico e interactuó de manera profusa con los gobiernos de Latinoamérica llegando a realizar 13 viajes diplomáticos. También realizo varias conferencias en el Departamento de Estado que versaban sobre el futuro de las relaciones bilaterales con la región.

 

 

Biden estuvo a cargo de las negociaciones con México sobre temas de migración, comercio e industria y estableció un grupo de tareas especial para tratar los problemas humanitarios en Centro-América y el Caribe. Es un conocedor de la región; pero la conoce según las pretensiones hegemónicas del viejo establishment político de Estados Unidos. Por tal motivo y aunque las formas políticas mejoren, esto no lo hace un mejor candidato para la región.

 

 

Sí, hay que destacar que intenta tener una política más organizada estableciendo un grupo de trabajo que lo ayude a elaborar una hoja de ruta que marque su aproximación política a la región, nombrando al frente de la misma para delinear sus estrategias regionales, a la ex-embajadora de su país en Uruguay, Julissa Reynoso (que responde políticamente a Hillary Clinton), a Juan González y a Daniel Frikson (estos dos últimos, ex-Directores del Departamento de Estado).

 

 

Biden y su posible gobierno, como ya lo ha expresado en repetidas oportunidades, prestará atención e incentivará el desarrollo de las energías renovables para que en el año 2050 sea obsoleta la utilización del petróleo, el gas, el carbón. Por supuesto su gran caballo de batalla es la prohibición inmediata del fracking.

Para conseguir este cambio ya anunció que piensa establecer tasas impositivas crecientes para aviones, automotores e industrias que utilicen estos materiales o procesos de fabricación contaminantes. Así mismo, si Estados Unidos mantiene esta agenda climática es muy posible que recurra a los acuerdos comerciales internacionales estableciendo alícuotas e impuestos especiales para cumplir sus objetivos. E intentaría obligar a los organismos internacionales de crédito y asistencia financiera, a que condicionen la ayuda internacional a países que se comprometan a realizar los cambios energéticos necesarios. Lo que en Argentina provocaría un grave daño a las aspiraciones de explotar el rico yacimiento de Vaca Muerta si es que nuestro país quiere seguir recibiendo asistencia de los organismos bajo control de Estados Unidos. O nuestro país deberá optar por nuevas alianzas como China.

 

 

Ocurriría algo similar con Brasil que se ha convertido en un gran productor petrolero con yacimientos en alta mar, y por la hostilidad manifiesta entre el gobierno de Bolsonaro y Biden por la deforestación del Amazonas.

Biden ha expresado que está dispuesto a internacionalizar el Amazonas declarándolo patrimonio de la humanidad. A lo que Bolsonaro le contestó textualmente el miércoles 11 de Noviembre que “Cuando se acaba la saliva de la política, queda la pólvora” y agregó: “no significa que la usemos; pero tienen que saber que la tenemos y que Brasil es un país independiente y no una colonia”.

 

 

También según nuestras fuentes, el equipo de Biden se ocupará de promover en la región temas de violaciones de derechos humanos, así como leyes igualitarias que incluyen el derecho al aborto, la lucha contra la corrupción y el lavado de dinero, para asegurar el desarrollo regional. Así mismo buscará promover el comercio agrícola y las áreas de ciencia, tecnología y cooperación educativa; tareas en las que Julissa Reynoso es experta.

 

 

Este es un resumen de los puntos más destacados, así como de los conflictos que podría traer la Administración Biden si es confirmado Presidente electo.

 

 

Incerto exitu victoriae.

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web