Un insólito hecho aconteció a la vera de la Ruta Nacional 9, en Tucumán, cuando Gendarmería Nacional realizaba controles rutinarios sobre los vehículos que transitaban.

Durante el operativo, uno de los vehículos que pararon levantó la sospecha de los efectivos allí presentes. Cuando le pidieron que baje la ventanilla para hablar con el conductor, el cual manifestó venir desde Salta, los agentes notaron un fortísimo olor.

Posteriormente, los ocupantes del vehículo descendieron del mismo y los gendarmes inspeccionaron el rodado y descubrieron el origen del olor: la tapa de la bomba de nafta había sido quitada.

¿Para qué? Nada más y nada menos que para ocultar 20 kilogramos de cocaína, la cual estaban trasladando hacia otra provincia. Los agentes no se explican cómo es que los criminales viajaban con tanto olor a gasolina desprendida desde el tanque sin marearse. 

Los ocupantes del auto fueron detenidos responsables de narcotráfico y puestos a disposición de la Justicia.