La mujer estaba ilusionada, y quería quedar embarazada por lo que recurrió a un donante de esperma. Tuvo a su hijo y la vida parecía color de rosa, hasta que una prueba genética le hizo conocer la verdad: el médico la había embarazado con su esperma. Fue entonces que decidió hacerle una demanda millonaria.

Cheryl Rousseau y su esposo Peter pensaron que la donación de esperma se había realizado sin problemas. Hasta que en 2018 su hijo, ahora adulto, se hizo una prueba de ADN. Y fue entonces que descubrió que el doctor John Boyd Coates, que estuvo atendiendo a la madre en ese momento, era su padre biológico.

Coates, explican, había testificado bajo juramento durante su declaración de 2019 que él no era el padre y que nunca había usado su propio esperma en ningún procedimiento de inseminación. Pero una vez que la prueba confirmó que él era el padre genético del hijo de Cheryl, admitió haber usado su propio esperma.

Tras ganar la demanda, la pareja recibió US$5,25 millones. Cheryl Rousseau recibió US$250,000 en daños compensatorios y US$5 millones en daños punitivos en el caso contra el Dr. John Coates III, quien la habría inseminado con su esperma sin su consentimiento.

Celeste Laramie, la abogada de Cheryl, le dijo a Associated Press en un correo electrónico le otorgaron la cantidad que había solicitado y que los miembros del jurado encontraron que el comportamiento de Coates era "incorrecto y ofensivo".