Luego de la muerte y resurrección del Señor, llega la ascensión a los cielos y posteriormente la celebración de Pentecostés, donde el Espíritu Santo se les presenta a los apóstoles a través de unas lenguas de fuego.
Con este hecho religioso, Dios magnifica su presencia y exalta los dones de cada apóstol. “Luego de estar encerrados y con miedo, Dios, a través del Espíritu Santo, repartió los dones para que los apóstoles comiencen a misionar, o sea sin este hecho no hubiese comenzado la misión evangelizadora”, comentó el padre Rolando Tenti, párroco de la Catedral Basílica.
En tal sentido, el párroco comentó la importancia que tiene este suceso en la fe católica, pues refuerza la devoción y la valentía para sobrellevar el día a día.
Además, remarcó que “Jesús les dijo a sus apóstoles: ‘A ustedes les conviene que me vaya’, como un hecho trascendental, y con la ascensión de Cristo a los cielos, posteriormente llegó el Espíritu Santo”, comentó.
De esa manera “se genera el peráclito, para que sean guiados y acompañados en todo momento por el Espíritu Santo”, comentó.
Asimismo, Tenti hizo hincapié en los dones que cada uno tiene como persona y que los debe saber tomar y sobre todo utilizar para la comunidad. “Cada uno tiene sus propios dones y debe usarlos para el bien común”, comentó el padre Tenti.