A las 23.10 del lunes se presentó en sede de la Comisaría 4ª un hombre identificado como Martín Manuel Leiva, de 46 años y domiciliado en calle 13 del barrio Coesa, para radicar denuncia en contra de personas desconocidas.

Según explicó, trabaja como cocinero en un restaurante de Paraná y Formosa, en el barrio Centenario, y que también trabaja llevando pacientes de diálisis desde sus domicilios hacia una clínica ubicada en Alsina y Santa Fe.

Ayer, a las 15.30, mientras estaba en el local gastronómico junto a su hija de 6 años, tuvo que salir a buscar a una paciente y llevarla al centro de salud para dializarse, por lo cual la menor quedó en el restaurante junto a algunas empleadas, ya que el denunciante iba a regresar a la brevedad.

Es un Motorola, color negro. Al cabo de unos minutos, el denunciante recibió una llamada de una empleada que le contó que acababa de ingresar un sujeto aparentemente drogado, para pedir comida. Se dio vuelta un instante para ver si tenía algo para darle, y al girar nuevamente vio que salía rápidamente del local, dándose a la fuga.

No vio si estaba solo, ni tampoco en qué se movilizaba. La menor le dijo que le quitó el teléfono antes de salir.

Luego, pasadas las 22 horas, recibió un llamado desde la Comisaría 3ª, manifestándole que habían recuperado el aparato en cuestión y que tenían a dos individuos demorados.

Fueron identificados como Rubén Ezequiel Acosta, de 22 años y domiciliado en pasajes 480 y 228 del barrio Juan Felipe Ibarra, y Franco Nicolás Pavón, de 29 y domiciliado en Pasaje 428 S/N del mismo complejo habitacional.