Los ataques con municiones de racimo en Ucrania han provocado al menos 689 civiles muertos o heridos.
Hasta el 40% de estas armas no explotan al impactar, lo que supone una grave amenaza para la población local durante años.
El uso de municiones de racimo en Ucrania se produjo principalmente en zonas pobladas. Además de matar y herir a civiles, también ha dañado infraestructuras civiles: casas, hospitales, escuelas, fábricas, parques infantiles, etc. Los ataques con municiones de racimo también amenazaron a los desplazados internos y a quienes buscaban ayuda humanitaria, precisa la ONU.