Ensangrentando y luchando por su vida trataba, desesperado, de liberarse de dos pitbulls. Los perros lo arrastraron malherido hasta la puerta de la casa de su dueño, donde golpeó y fue socorrido. Sufrió graves lesiones en la cabeza y en el cuerpo. Su cuadro es crítico. 

Cerca de las cinco de la madrugada de ayer, un joven de apellido Leguizamón estaba en su vivienda de calle Veracruz, del barrio General Paz –de la ciudad Capital- descansando. En el patio de su propiedad funciona una cancha de fútbol 5. Leguizamón escuchó que alguien golpeó la puerta de su propiedad, mientras se escuchaban gritos ahogados de una persona y los ladridos de sus perros. 

Prendió la luz y al abrir la puerta encontró a un adolescente ensangrentado pidiendo ayuda. Sus canes lo habían atacado a mordiscones y ocasionado graves lesiones en el cuerpo. La víctima tiene 13 años y reside en el barrio Juan Felipe Ibarra. 

El adolescente estaba con el torso desnudo, presentaba múltiples fracturas en las piernas y en los brazos. En la cabeza tenía politraumatismos y estaba completamente ensangrentado. El mismo aseguró que había entrado a la cancha con un grupo de amigos. 

La víctima fue trasladada de urgencia al hospital Regional Dr. Ramón Carrillo por el personal policial de la Comisaría Comunitaria 5 y tras ser estabilizado, fue derivado de urgencia al Cepsi, donde permanece internado en grave estado. Según se desprende de la investigación penal que lleva a cabo la Fiscalía de la Capital, a cargo de la Dra. Norma Matach, había llegado al predio de la cancha de fútbol 5 junto a unos amigos, en motocicletas. El mismo había ingresado a la cancha, previo saltar una tapia, y se dirigió hacia donde estaban colgadas tres jaulas con pájaros. 

Mientras intentaba robar las aves, los cómplices lo esperaban afuera. Pero en ese momento, los perros del propietario escucharon los ruidos del desconocido y lo atacaron . El adolescente corrió hacia el sitio por donde había ingresado, pero no pudo salir. Fue atrapado por los perros que comenzaron a morderlo y lo arrastraron por todo el campo de juego hasta dejarlo malherido en la puerta de la  casa del propietario del lugar. Los amigos lo abandonaron a su “suerte”, por lo que ahora pelea por su vida en el Cepsi.