Este lunes, el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, suspendió su agenda para protagonizar una reunión de emergencia con la Unión Tranviarios Automotor (UTA), luego del estremecedor asesinato de un chofer de la línea 620, ocurrido esta madrugada.

La indignación entre los compañeros del occiso valió una masiva protesta a la cual asistió el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien terminó siendo agredido en "patota" y sufrió inclusive la rotura del malar, hueso del pómulo.

Esto provocó una inmediata reacción de Kicillof, que desplazó sus actividades para asistir junto a Berni a una reunión con una delegación de la UTA encabezada por su titular, Roberto Fernández.

En ella, trataron la seguridad de los choferes como eje central, lo que implica un monitoreo de las unidades que conducen. Jorge D'Onofrio, ministro de Transporte de Provincia, alegó que a las empresas se les efectuó un pago de 2 mil millones de pesos para la instalación de cámaras en los colectivos.

No obstante, la mayoría no fueron instaladas, a pesar de que las empresas "están intimadas desde el 4 de enero para colocar las que faltan". Los funcionarios y el representante de los choferes acordaron llevar adelante un seguimiento para la instalación de los aparatos que faltan.