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¿Qué son los vinos naranjos y de dónde sacan su color?

Ni blancos ni tintos, mucho menos rosados: hace poco aparecieron en el mercado los vinos de color anaranjado, los naranjos, que tienen características distintivas y cada vez generan más interés tanto entre especialistas como en el público.

 

 

 

 

 

¿Por qué se les llama vinos naranjos?

Porque están hechos siguiendo un método de elaboración que implica usar variedades blancas y vinificarlas como si fueran tintas, en contacto con sus pieles. Su elaboración es similar a la de un vino tinto ya que, contrario a la elaboración de un vino blanco, el mosto queda en contacto con sus pieles, pulpa y semillas.

 

 

Esta técnica ancestral se basa en una fermentación con maceración que logra extracción de taninos, color, textura y más precursores aromáticos. Como resultado, el color del vino es ciertamente anaranjado.

 

 

“Sin dudas, los vinos naranjos han cautivado a los consumidores jóvenes argentinos. Son vinos muy versátiles y muy gastronómicos y eso ha hecho que se instalen fácilmente en la escena gastronómica del país”, analizó Sofia Civit, Gerente de Marketing de Vinventions Sudamérica, la compañía responsable de darle un toque del XXI a estos vinos hechos con una técnica de larga data.

 

 

El método de elaboración se desarrolló en el Cáucaso, sobre todo en Armenia y Georgia, que fue la cuna del vino durante más de seis mil años: en esa zona se dedicaban a vinificar en grandes vasijas de barro –llamadas kvevri o Qvevri– diferentes variedades blancas que fermentaban y maduraban con sus pieles y racimos.

 

 

Ahí está el secreto de su elaboración, que es similar a la de un vino tinto en que en el proceso de fermentación y maceración de las uvas se mantiene el jugo en contacto con el hollejo y las semillas del fruto por un tiempo prolongado que puede ir de semanas a meses.

 

 

Para Mauro Villarejo, cocreador de La Imaginación al Poder junto a Marcelo Richard Palmero, lo más interesante de estos vinos es que el consumidor puede encontrarse con la tradición antiquísima de probar vinos blancos, pero en su potencia tánica.

 

 

"Con la uva elaborada al 100% de sus componentes –pieles y semillas– y recuperar una textura en sabores que se estaba perdiendo después de casi 6000 años de historia. Volver a degustar con la boca, los sentidos y los sabores originarios me pareció un desafío hermoso para mí y para todos los productos de naranjos", explicó Villagrejo.

 

 

Según Celina Bartolomé, creadora del proyecto Pielihueso y una de las pioneras en apostar a esta nueva era de los vinos naranjos en Argentina, los vinos naranjos son una categoría "como los rosados, blancos o tintos".

 

 

"Hay muchísimas formas de hacerlos y por eso me parece muy interesante que crezca esa categoría y que haya cada vez más opciones para poder tomar y aprender más", acotó.

 

 

El público se anima a brindar

En Finca Las Glicinas, Lara Persano quedó sorprendida con la respuesta del público a los vinos naranjos que creó con su padre, Humberto. "Fue buenísima: nos preguntan cuándo van a salir más", aseguró", y con ese impulso duplicaron la apuesta para 2023. "Hicimos una tirada chiquita para ver como resultaba esto y las primeras cajas se vendieron en 25 días. Este año pasamos a una elaboración mucho más grande", prometió.

 

 

Los vinos naranjos unen generaciones, parece, porque otra hija que desrrolló esta variedad con su padre fue Lis Clément, creadora de Finca Feliz con Carlos Clément.

 

 

"Estamos felices porque los consumidores recibieron el naranjo con mucho entusiasmo. De hecho, es el vino más vendido de nuestro portfolio. Su diversidad es lo que los hace interesantes", contó Lis Clément.

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