Pablo Torres y su esposa Ana son oriundos de Paysandú, en el hermano país de Uruguay, y en una aventura colmada de pasión por sus colores y por el fútbol, llegaron a la Madre de Ciudades para presenciar el partido de octavos de final de la selección charrúa ante Gambia. En exclusiva para Nuevo Diario, nos cuentan su historia.
“Esto fue un regalo del cielo porque en Argentina no era el Mundial y cuando supimos que sería, aprovechamos porque no todos tienen oportunidad de viajar tan lejos. Y cuando supimos que era aquí dijimos 'nos vamos a ver el mundial'”, inició Pablo.
Al ser consultado sobre qué los motivó a emprender tan importante periplo, Pablo mencionó:
“Esto es el futuro, aquí están los jugadores que en 5 en 10 años serán los grandes jugadores, algunos ya vendidos a Europa, Brasil y todos lados”.
“Vinimos en una Mercedes que usamos para trabajar. Ya casi 3000 km recorrimos por la selección. Primero estuvimos en La Plata, luego partimos a Mendoza a verlo contra Túnez, y cuando clasificamos esperábamos ver donde jugaba. Queríamos conocer Santiago del Estero y el estadio que me dijeron que es majestuoso. Pasamos por aquí en 2017, cuando recién estaban construyéndolo y verlo ahora es impresionante”.
“Con Uruguay las expectativas están, se puede ganar o perder, pero se acompaña igual. Vimos pocos paisanos aquí lo que estamos lejos y no le dan la trascendencia que tiene la mayor”.
La pasión por el fútbol más allá de la selección y su percepción sobre el semillero charrúa:
“Me gusta el fútbol y el sábado juega Central Córdoba contra Huracán y quiero ir a verlo. Uruguay anduvo bien en el campeonato sudamericano y tiene buenos jugadores.”
Sobre la elección de Marcelo Bielsa como nuevo DT de la selección mayor de Uruguay, reflexionó:
“A Bielsa hay que darle tiempo, es alguien que sabe de proyectos y confiamos en que va a trabajar bien”.
Esta tarde, "la celeste" se mide ante Gambia en busca de un boleto hacia cuartos de final del Mundial Sub-20 y la pareja estará dentro del "Madre de Ciudades" alentando a sus pibes.