El subcomisario Santiago Hansen, miembro del equipo de profesionales de la Dirección de Desarrollo Tecnológico, resaltó las características de este proyecto de conversión de un vehículo de combustión a uno eléctrico. "Hemos reemplazado el motor térmico por un motor eléctrico trifásico de aproximadamente 50 caballos de fuerza, alimentado por un banco de baterías de litio que le otorga una autonomía de 150 km por carga, la cual puede completarse en 4 o 5 horas", explicó.

El patrullero cuenta con tecnología de última generación, incluyendo un sistema de cámaras y audio, así como también funciones de asistencia inteligente en la conducción. La unidad tiene la capacidad de identificar al conductor, monitorear su comportamiento y verificar el cumplimiento de las medidas de seguridad requeridas. Además, dispone de una cámara frontal que emite alertas en caso de desviación del carril o detección de anomalías en la conducción, las cuales son informadas a la central de control.

Hansen destacó que no se conocen casos similares en el país en los que el propio personal policial haya llevado a cabo este tipo de trabajo, subrayando el papel preponderante de las capacidades locales en esta innovación.

La incorporación de un patrullero eléctrico en la flota policial no solo representa un avance en términos de sostenibilidad ambiental, sino también una apuesta por la tecnología y la eficiencia en la seguridad pública. Este hito demuestra el compromiso de la Policía de Santiago del Estero por adaptarse a las nuevas tendencias y contribuir al desarrollo de una ciudad inteligente.