La Provincia

???Los médicos que no tienen contacto con la gente no saben resolver problemas???

 El Dr. René Favaloro ejerció la medicina rural durante 12 años en Jacinto Aráuz, un pequeño pueblo de la provincia de La Pampa, para luego alcanzar prestigio internacional en la medicina  cardiovascular y crear la Fundación que lleva su nombre, para fomentar la investigación y la docencia. Ayer, Nuevo Diario tuvo la oportunidad de hablar con dos médicos santiagueños (Dr. Carlos Rojas,  cirujano cardiovascular, y Dr. Daniel E. Serrano, cirujano cardiovascular), quienes trabajaron con el Dr. Favaloro en el Sanatorio Güemes de Buenos Aires, quienes expresaron su respeto hacia el pionero, no solo en su ética como profesional, sino también en sus valores como persona. Durante sus primeros años como médico, el Dr.  Favaloro trabajó como médico rural, donde participó de partos, atendió a niños, personas adultas y todo lo que hace un doctor de pueblo, “aprendió a conocer profundamente el interior del alma de las personas y cómo comunicarse con ellas”, declaró el Dr. Serrano. En diálogo con el Multimedio, el Dr. Rojas contó: “Trabajaba 10 o 12 horas por día. Era el primero en llegar y el último en irse.  Era muy dedicado”, expresó. Ambos cirujanos dijeron que el Dr. Favaloro siempre les pedía que lo recordaran como maestro.  Recuerda el Dr. Rojas que en una de sus conversaciones, el famoso cirujano cardiovascular le dijo: “Los médicos que no tienen contacto con la gente necesitada no saben resolver problemas, el problema de la pobreza son dos: la necesidad y la falta de poder adquisitivo”.  El Dr. Serrano declaró que trabajar con el Dr.  Favaloro fue una experiencia sumamente gratificante, no solo por su grandeza como científico, sino también por su humildad, luego añadió: “Nos enseñó muchas cosas, no solo de cirugía cardiovascular, sino de la vida. Muchas veces nos contaba sobre la época en la que ejerció como médico rural. Realmente fue un ejemplo como persona y amaba a su país”.  El Dr. Serrano dijo que en el momento de su fallecimiento, él y todos sus compañeros lamentaron profundamente su pérdida y que no dejaron de recordar su firmeza ante las injusticias del país en aquel entonces, y aclaró que el Dr. Favaloro “no tuvo el reconocimiento que se merecía”.  Por último, el Dr. Rojas mencionó que para el prestigioso cirujano lo mejor de su profesión fueron sus años en Jacinto Aráuz, donde “lo que más disfrutó fue de los partos, ya que para él eso  era auténticamente un milagro, traer una vida al mundo”

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