Europa enfrenta una excepcional ola de calor, y el mar Mediterráneo no está exento de este fenómeno. El lunes pasado, el principal instituto español de investigaciones marítimas, el Instituto de Ciencias del Mar (ICM), con sede en Barcelona, alertó sobre el alcanzamiento de un nuevo récord de temperatura mediana diaria en las aguas del Mediterráneo.
De acuerdo con los datos satelitales del observatorio europeo Copernicus analizados por el ICM, la temperatura mediana diaria en el mar Mediterráneo alcanzó los 28,71 ºC. Esta cifra supera el récord anterior de 28,25 ºC establecido en 2003. Si bien los datos aún deben ser confirmados por Copernicus, los investigadores del ICM aseguran que la indicación de la temperatura hasta el primer decimal es globalmente correcta.
La zona entre la isla de Sicilia y la ciudad de Nápoles, en Italia, ha experimentado zonas con temperaturas superiores a los 30 ºC, es decir, 4 ºC por encima de lo normal. Esta situación preocupa a los expertos, ya que las elevadas temperaturas amenazan los ecosistemas marinos en la región.
Un estudio publicado en julio de 2022 en la revista Global Change Biology reveló que entre 2015 y 2019, las poblaciones de aproximadamente 50 especies marinas, como corales, abanicos de mar, erizos de mar, moluscos, bivalvos y posidonia, se vieron afectadas por mortalidades masivas en la superficie y hasta los 45 metros de profundidad.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas ha catalogado a la región mediterránea como un "punto caliente" del cambio climático. Desde la década de 1980, los ecosistemas marinos mediterráneos han sufrido cambios significativos, incluido un declive en la biodiversidad y la llegada de especies invasoras.
Los efectos proyectados por el IPCC advierten que si se supera el límite de 1,5 ºC respecto a la era preindustrial, más del 20% de los peces e invertebrados en el Mediterráneo oriental podrían desaparecer localmente antes de 2060. Además, los ingresos de la pesca podrían disminuir hasta un 30% para 2050.
Aunque aún no hay una clara evidencia estadística de un aumento en la frecuencia de olas de calor marinas en el Mediterráneo durante el período 1982-2023, los investigadores del ICM señalan que el debate se centra en si el origen de estas olas de calor es principalmente atmosférico o si también hay otros factores involucrados. Reducir las olas de calor atmosféricas podría tener un impacto en las olas de calor marinas, pero es un tema que requiere mayor investigación y estudio.