En el marco del Día Internacional del Voluntariado, Nuevo Diario tuvo el privilegio de conversar con Francisco Guerrero, un valiente Bombero Voluntario de la ciudad Capital. Francisco compartió detalles fascinantes sobre su día a día, brindando una visión única de la entrega y dedicación que implica ser parte de este noble servicio.
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“En el cuartel las guardias son de 24 por 48 horas cuando hacemos los relevos a las 22 horas. Así que primeramente se cena y se duerme. Siempre estamos atentos ante cualquier emergencia. Descendemos por el tubo y nos equipamos. Después, a las 7 de la mañana, nos debemos levantar, desayunar y también quedamos aprestos durante el resto de la jornada ante cualquier eventualidad que surge, sobre todo”, compartió Francisco.
Durante una guardia típica, alrededor de 10 bomberos conviven en el cuartel, pero, según Francisco, solo 4 o 5 suelen estar presentes simultáneamente. La rutina incluye desayunos, almuerzos y cenas, y todos duermen en el cuartel, listos para responder rápidamente ante cualquier emergencia. En cuanto al protocolo de respuesta ante emergencias, Francisco detalló: “Hay una alarma que se activa, así se notifican todos los que están en el cuartel y automáticamente van a equiparse de acuerdo a la emergencia que se nos haya informado. Si hay incendio o rescate”. Sobre la experiencia de ser bombero voluntario, Francisco compartió: “Se siente bien, disfruto de eso. A mí es una tarea que me encanta”. A pesar de las responsabilidades y el peso del equipo, su amor por la profesión es evidente.
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