Opinión

La elección de 2017 y la incidencia de la economía

Elecciones
Crédito: Presidente Mauricio Macri.

Mientras el cristinismo de la mano de Hebe de Bonafini le hacía la “marcha de la resistencia” (que terminó ayer) en la Plaza de Mayo, el Gobierno vació la Casa Rosada y se fue de “retiro espiritual” a San Juan. No estuvo Mauricio Macri, pero en el congreso nacional PRO no faltó el asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba, siempre polémico. Frente a la dirigencia macrista, minimizó que el gobierno esté en problemas con el tema tarifas y otros. Para él, no es importante lo que opine la gente más informada sino “lo que ve la gente normal”, que para él, le echa “la culpa a Cristina por la mala herencia.

 

 

Un optimismo llamativo paseó también la semana que pasó el jefe de Gabinete Marcos Peña, cuando concurrió a dar su informe de gestión a la Cámara de Diputados. Reconoció problemas, la “preocupación” por el empleo y que la economía está en recesión. Pero enfatizó que hay “señales” de que las cosas están mejorando. La mirada de Peña contrastó fuerte con los duros discursos y diagnósticos pesimistas de la oposición de todos los colores, tanto sobre la situación actual como sobre las proyecciones. “El año que viene las elecciones las gana la economía”, sostuvo hace poco Macri en reunión de Gabinete. No es descubrimiento nuevo, y hasta podría decirse que siempre las elecciones las gana y las pierde en definitiva- la economía. Pero podría haber el año que viene un escenario mediocre, con cosas ni bien ni mal, con mucha disparidad entre sectores. El Gobierno hace apuestas también a dividir el campo enemigo. “Lo mejor que podemos esperar es que Cristina Kirchner sea candidata en la provincia de Buenos Aires”, sostiene un encumbrado hombre del ala política del Gobierno. La lógica es que la candidatura de la ex presidenta dividirá más todavía a un peronismo en crisis, en la oposición y sin liderazgo.

 

En otra hipótesis, las causas judiciales contra la ex presidenta podrían avanzar lo suficiente como para impedirle ser candidata. La gran figura del PRO en imagen en Buenos Aires es la gobernadora María Eugenia Vidal, pero su nombre no estará en la boleta. En el macrismo hay diferencias sobre la amenaza que representa Sergio Massa: para el “duranbarbismo” Massa “no es creíble”, acaba de decir en San Juan. En cambio, el ala política ve al líder del Frente Renovador como “el único capaz de rivalizar” con el proyecto macrista. Pero Massa está muy lejos de haber decidido si competirá el año que viene. No lo considera necesario como pasó en 2013, cree estar instalado igual en todo el país. Aunque debe renovar su banca y se quedaría sin cargo efectivo, sólo jugaría si no tuviera mayores riesgos de salir perdiendo.

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