El proyecto del Presupuesto Nacional 2017, que ya obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados y que espera ser tratado desde la semana pasada en comisión en el Senado, no será una ley más.
En primer lugar, por lo obvio. Como sabemos, el Presupuesto es el instrumento fundamental que determina las líneas generales de las políticas de Gobierno.
Es decir que fija el rumbo hacia dónde vamos, cómo recaudamos, dónde y de qué manera gastamos el dinero de los argentinos. Será la primera “ley de leyes” que presentamos como Gobierno, puesto que el presupuesto anterior fue diseñado por la anterior administración.
Pero, en segundo lugar, tenemos que decir que, tras años de manipulación de las estadísticas públicas, habrá un presupuesto elaborado sobre una base de datos confiables. Es decir que será una herramienta construida en base a la verdad y no en el relato, la ficción y la demagogia.
“De verdad”
Cuando hablamos de “presupuesto de la verdad”, también es necesario que nos liberemos de prejuicios y falsos conceptos. Esta iniciativa pone mucho énfasis en el gasto social. En la Cámara de Diputados, donde ya se debatió y aprobó este instrumento, se reconoció que, más allá de los colores políticos de los distintos bloques, es un presupuesto que no busca el ajuste, como ciertos sectores auguraban e incluso ansiaban.
En un país en el que luego del sinceramiento estadístico supimos que uno de cada tres argentinos está por debajo de la línea de la pobreza, el gasto social no sólo se vuelve una necesidad política sino moral.
Por eso, las partidas en previsión social de este presupuesto aumentan un 35 por ciento, comparado con una inflación proyectada que ronda el 17 por ciento. También tiene en cuenta otras medidas que refuerzan este ámbito; por ejemplo, los 170 millones de pesos para la Sedronar, destinado a la prevención y a la recuperación de personas afectadas por los consumos problemáticos.
Este dato es digno de recalcar si todos, como sociedad, queremos poner fin a la droga y al narcotráfico.
“El más federal”
Como tucumana, también tengo que decir que estaremos votando el presupuesto más federal de los últimos veinte años. Y lo digo con orgullo porque cumplimos con el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que devuelve a las provincias el 15 por ciento de la masa coparticipable. Además, en cumplimiento de la Ley de Reparación Histórica, incluimos una partida de 14.000 millones de pesos para financiar el déficit armonizado de las cajas jubilatorias provinciales.
Además se prevé invertir decenas de miles de millones en el Plan Belgrano. Sin dudas, el plan de infraestructura más ambicioso en décadas, que tiene por misión reparar la histórica marginación de las diez provincias del Norte Grande Argentino, luego de muchísimos años de administraciones centralistas.
Otro aspecto no menor que se debatirá junto al Presupuesto 2017, será la reforma del artículo 37 de la Ley de Administración Financiera, conocido por todos como “superpoderes”.
Este artículo concede, hasta hoy, amplias atribuciones al jefe de Gabinete para disponer modificaciones en las partidas del presupuesto nacional. De esta manera, estaremos siendo consecuentes, ya que el año pasado, cuando éramos oposición, pedíamos que el Congreso Nacional recupere las atribuciones que le confiere en materia presupuestaria la Constitución Nacional.
Pero, sobre todo, hemos trabajado para que éste sea el presupuesto de todos.
Y por eso se abrió el diálogo para recibir los aportes de las distintas fuerzas políticas del Congreso y las organizaciones de la sociedad civil.
Esto posibilitó una discusión amplia y participativa, que permitió consensuar muchas modificaciones a este proyecto de ley.
De esta manera se lo mejoró, potenciando y corrigiendo algunos errores de la versión original. Así se enmendaron algunos aspectos fundamentales, sobre todo en lo que refiere a las partidas previstas para Ciencia y Tecnología.
Así, el Poder Ejecutivo Nacional fue el primero en reconocer la necesidad de esas correcciones, aumentando en 900 millones de pesos el presupuesto para las distintas áreas de ciencia y tecnología. En la misma línea, destinaremos en 2017 para el Ministerio de Ciencia y Tecnología un 23% más, y un 44% más para el Conicet. Porque estamos convencidos de que a partir del diálogo y del debate surgirán las mejores propuestas para planificar las políticas públicas del año que viene.
El presupuesto, insisto, debe ser una herramienta de todos y cada uno de los argentinos. Porque lo que está en juego es nada menos que el sueño de construir entre todos una patria más justa, más inclusiva, más equitativa y más equilibrada entre las distintas regiones del país.