Mucho se habla de las situaciones de estrés, producto del ritmo de vida actual, que impactan en la salud de las personas. Sin embargo, tanto el amor como su pérdida generan sustancias químicas en el organismo y activan neurotransmisores.
Desde la Federación Argentina de Cardiología (FAC), en la previa del Día de los Enamorados, que se celebra cada 14 de febrero, destacaron la importancia de la construcción de relaciones humanas sanas, verdaderas y amorosas que fomenten la salud cardiovascular.
Al producirse una ruptura, se desata en el organismo un estrés emocional conocido como síndrome del corazón roto. Fue descripto por primera vez en los años 90, en Japón, y recibe el nombre de Tako-Tsubo.
Tanto el amor como su pérdida comparten sensaciones en el organismo que producen efectos en el sistema cardiovascular. En el caso del corazón roto, estos sucesos son perjudiciales, como dolor de pecho, similar al que se experimenta durante un infarto, el cual aparece de forma repentina con una duración de algunos minutos.
También suele manifestarse dificultad para respirar, fatiga, palpitaciones, mareo y desmayo, y ansiedad.
Rosa Ruffa, cardióloga y miembro de la FAC, explicó que "si bien estos síntomas aparecen frente a un hecho traumático como un divorcio, una ruptura de la pareja o hasta algún traumatismo, suelen durar algunos días y luego desaparecer. Durante ese tiempo, nuestro sistema cardiovascular se encuentra expuesto a niveles de estrés mayores a los recomendables. En caso de persistir el cuadro, se debe realizar la consulta médica para poder tratarlo".
Y agregó: "Rodearse de los afectos, compartir lo que se está viviendo y hacer deporte, son algunas de las primeras recomendaciones para revertir este cuadro".
Entendiendo al cuerpo humano como un todo, en donde la salud cardiovascular y socioemocional están relacionadas, desde la FAC llamaron a la población a "cuidar tanto el cerebro como sus emociones y el corazón".
Estado de bienestar y felicidad
Silvia Lopresti, cardióloga y miembro de la FAC, señaló que "amar a una persona nos lleva a un estado que libera hormonas y activa neurotransmisores que favorecen la salud del corazón".
En cuanto a los beneficios, mejora el flujo sanguíneo. Además, señaló que "se libera dopamina y oxitocina que ayudan a dilatar los vasos sanguíneos, reducen la presión arterial y mejoran el flujo de la sangre".
También hay reducción del estrés porque baja el cortisol y se libera serotonina, que se asocia con el estado de bienestar y la felicidad.