El País

Casa Rosada admite que se vienen meses de alta inflación

Crédito: EFE

El ambicioso objetivo del Presidente Javier Milei de mantener la inflación a raya comienza a tropezar con una serie de obstáculos económicos. La reciente corrida cambiaria, impulsada por la presión devaluatoria ante las demoras en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ha desencadenado una escalada de precios generalizada que amenaza con condicionar negativamente los indicadores de los próximos meses.

La tensión inflacionaria se hizo palpable este miércoles con la publicación del índice de precios al consumidor (IPC) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), que arrojó un 3,2 por ciento para marzo. Este dato, más de un punto porcentual superior al 2,1 por ciento registrado en febrero, revela una aceleración preocupante, especialmente en el rubro de Alimentos, que experimentó un incremento del 4,7 por ciento, casi dos puntos por encima de la media general.

Esta tendencia al alza se espera que se replique a nivel nacional cuando el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publique su IPC el próximo viernes. Las estimaciones de analistas y fuentes cercanas al organismo anticipan un índice cercano o incluso ligeramente superior al 3 por ciento. Cabe destacar que la medición del INDEC aún se realiza con una fórmula de 2004, que pondera más los bienes que los servicios, lo que sugiere que el aumento en los precios de la canasta básica podría ejercer una presión aún mayor sobre el indicador nacional.

En este contexto de creciente preocupación, fuentes de la Casa Rosada admitieron a Página I12 que se avecinan meses de inflación elevada en comparación con la relativa estabilidad que se había observado previamente. Las proyecciones internas señalan que tanto marzo como abril y mayo registrarán indicadores significativamente por encima del 2 por ciento.

Ante este panorama, sectores dentro del oficialismo están sugiriendo al Presidente Milei la implementación de la nueva fórmula de cálculo del IPC, que ya cuenta con la validación técnica del FMI desde octubre del año pasado pero que, por expreso pedido del mandatario, no se ha puesto en marcha para no impactar negativamente en la tendencia a la baja de la inflación heredada de la gestión anterior. La decisión de no utilizarla hasta ahora es eminentemente política, ya que el nuevo índice pondera más los servicios que los alimentos, precisamente en un momento en que el aumento de los precios de los alimentos está siendo el principal factor de presión inflacionaria.

La inquietud oficial se centra en un factor adicional: el recalentamiento inflacionario observado hasta el momento se atribuye principalmente a remarcaciones preventivas ante la inminencia de una devaluación. Sin embargo, aún no se ha reflejado en los números el impacto de la crisis global del comercio, exacerbada por las políticas de Donald Trump, ni las condiciones que el FMI exige para el desembolso de los 20 mil millones de dólares del préstamo ya aprobado a nivel técnico.

La negociación entre los enviados del ministro de Economía, Luis Caputo, y los directivos del FMI sobre la magnitud de la devaluación requerida a cambio de un desembolso inicial mayor es un punto central en esta coyuntura. Históricamente, las tensiones devaluatorias han llevado a los fabricantes de alimentos a realizar remarcaciones preventivas y, posteriormente, a aumentar nuevamente los precios una vez que se produce la corrección cambiaria, generando un doble impacto en el bolsillo de los consumidores.

La Señal de la Ciudad

Si bien las consultoras privadas ya anticipaban para marzo un IPC en torno al 2 por ciento alto o el 3 por ciento, el dato de la CABA generó un impacto significativo en el Gobierno Nacional, al adelantar posibles turbulencias a nivel nacional. La inflación del 3,2 por ciento en la Ciudad de Buenos Aires en marzo representó una aceleración considerable respecto al 2,1 por ciento de febrero, según informó la Dirección de Estadística y Censos porteña.

Con este resultado, el primer trimestre del año cerró con un aumento del costo de vida en la Capital Federal del 8,6 por ciento. En términos interanuales, los precios en el distrito porteño acumulan una subida del 63,5 por ciento. A diferencia de meses anteriores, los bienes y los servicios mostraron incrementos similares, con un 3 por ciento y un 3,3 por ciento respectivamente.

El principal impulsor del aumento de marzo en la CABA fue el rubro de Educación, con un notable incremento del 14,3 por ciento, influenciado por el inicio del ciclo lectivo y la suba de las cuotas de los colegios privados. Sin embargo, la atención se centra especialmente en el comportamiento de los Alimentos, que registraron un avance del 4,7 por ciento, superando el índice general y erosionando el poder adquisitivo de jubilados y sectores de bajos ingresos.

El Detalle de los Alimentos

Dentro de la división de Alimentos, los mayores aumentos se observaron en verduras, tubérculos y legumbres (25,8 por ciento) y carnes y derivados (5,7 por ciento). Les siguieron en importancia los incrementos en leche, productos lácteos y huevos (1,9 por ciento) y pan y cereales (1,6 por ciento).

Otros rubros que mostraron incrementos significativos en la CABA fueron los textiles (4,5 por ciento), Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (2,7 por ciento, explicado por la suba de alquileres y gastos comunes), Transporte (2,1 por ciento, por el aumento del subte y combustibles), Salud (2,3 por ciento, por las prepagas) e Información y Comunicación (3 por ciento).

El panorama inflacionario se presenta desafiante para el gobierno de Javier Milei, con la presión cambiaria y el aumento de los precios de los alimentos como principales focos de preocupación. La estrategia para contener la inflación, que parecía encaminarse hacia una desaceleración, enfrenta ahora serios interrogantes ante la dinámica económica actual y las negociaciones en curso con el FMI.

Con información de Página 12

Inflación Milei Caputo

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