El panorama político argentino ha estado marcado por una serie de crisis que parecen no tener fin, y La Libertad Avanza (LLA) se encuentra en el epicentro de la tormenta. El debate en el Senado sobre el aumento de las jubilaciones y el congelamiento de las dietas de los legisladores hasta diciembre es solo el último episodio en una serie de desaciertos y tensiones internas que han caracterizado la gestión del partido en el Congreso.
La propuesta de modificación del haber jubilatorio, que busca incorporar un “empalme” del 8,1% para compensar la insuficiencia del incremento del 12,5% otorgado por el Gobierno en relación con la inflación de enero, ha generado divisiones no solo entre los bloques opositores, sino también dentro de LLA. La insistencia del Ejecutivo en aplicar la actualización a partir de la promulgación de la ley, sin retroactividad, ha sido vista por el sector “dialoguista” como una falta de consideración hacia los jubilados, cuyo poder adquisitivo sigue erosionándose a medida que la inflación se dispara.
El respaldo del radicalismo, el kirchnerismo y los bloques provinciales al proyecto de ley aprobado por Diputados pone a LLA en una posición incómoda. Con dos tercios de los votos asegurados, la posibilidad de un veto por parte de Javier Milei parece más un gesto simbólico que una verdadera herramienta de poder. La oposición, unida en este tema, podría simplemente volver a insistir y dejar en evidencia la falta de cohesión y liderazgo dentro de LLA.
Pero la crisis no se limita a las jubilaciones. El tema del aumento de las dietas de los senadores ha generado un rechazo casi unánime en la opinión pública, exacerbado por la percepción de que los legisladores están desconectados de la realidad que vive la mayoría de los argentinos. La propuesta de congelar las dietas hasta diciembre y desengancharlas de las paritarias de los trabajadores parlamentarios puede parecer una medida sensata para calmar las aguas, pero también refleja la incapacidad del Congreso para anticiparse a los problemas y actuar con responsabilidad antes de que las crisis se desaten.
El proyecto de ley del senador José Mayans, que busca establecer un modelo para las dietas de los legisladores y topes salariales para los tres poderes del Estado, es un intento tardío de imponer orden en medio del caos. Sin embargo, la inclusión de figuras como el presidente, vicepresidente, jueces de la Corte Suprema y otros altos cargos en estos límites salariales plantea preguntas sobre la real intención detrás de la propuesta. ¿Es este un intento genuino de austeridad o una estrategia para desviar la atención de los problemas más graves que enfrenta el país?
En definitiva, la gestión de La Libertad Avanza en el Congreso ha sido un reflejo de la improvisación y la falta de visión que han caracterizado al partido desde su llegada al poder. Mientras el país sigue sumido en una crisis económica profunda, con una inflación descontrolada y un nivel de pobreza alarmante, el Congreso parece estar más enfocado en debates internos y maniobras políticas que en encontrar soluciones reales para los problemas de la gente.