Policiales

Demolía un techo que terminó cediendo: fue tapado por los escombros y vive de milagro

"Gracias a Dios están vivos todos", repetía una y otra vez Hernán Gastón Altamirano mientras miraba los escombros del techo de su vivienda sobre el suelo. Sus amigos, que lo ayudaban en el trabajo, terminaron internados. Uno de ellos sufrió una fractura.

Altamirano, que reside en una vivienda ubicada en la calle Avenida del Libertador entre Viamonte y Lavalle, desde hace 8 años, vio que el techo de una de las piezas estaba agrietado, por lo que, por precaución, le dijo a su familia que debían instalarse en una sola habitación para evitar una tragedia.

El hombre, de 45 años, que reside en el sitio junto a su esposa y sus tres hijos de 2, 8 y 11 años, había refaccionado una parte de la casa que está situada en un predio que pertenece a una iglesia evangélica. Luego habló con sus amigos y les dijo que quería demoler el techo agrietado y hacerlo de nuevo. Sus amigos aceptaron y ayer iban a iniciar la obra.

 

Iniciaron los trabajos

Eran las ocho de la mañana, cuando Altamirano, junto a Hugo Navarro (59 años), Jorge Fernández (38) y Ricardo Aguirre (61), iniciaron los trabajos de demolición. Estaban trabajando en el techo cuando, de manera imprevista, cerca de las 9.30, la cubierta cayó. Se escuchó como "una explosión". Debajo de la mampostería estaba Navarro, quien no pudo escapar.

Mientras que Aguirre y Fernández, apenas vieron que el techo comenzó a ceder, lograron salir del sitio. Sufrieron lesiones leves. Todos fueron trasladados de urgencia al hospital Regional Dr. Ramón Carrillo por el personal del Sease 107.

En el lugar trabajó el personal de la División Bomberos de la Policía de la Provincia, que realizó el rescate de los lesionados, para luego determinar que la casa no puede ser habitada.

Personal policial realizó las pericias de rigor en el lugar.

"Vivimos hace 8 años aquí; la casa estaba un poco agrietada y hoy (por ayer) estábamos trabajando. Cedió. Uno de mis compañeros estaba bajo los escombros. Gracias a Dios está vivo", remarcó a Nuevo Diario Hernán.

Luego, el damnificado agregó: "Gracias a Dios no fue una tragedia todo esto. Fue todo en un ratito. Debajo de todo eso quedaron nuestras cosas, porque nosotros vivíamos aquí".

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