Elías Piccirillo, exmarido de la modelo y empresaria Jésica Cirio, fue detenido poco después del mediodía en el barrio de Nordelta, partido de Tigre, en un operativo que ha causado revuelo en los medios. Según fuentes del caso, confirmadas por Infobae, Piccirillo está acusado de haber plantado un arma y drogas en el vehículo de un empresario del sector cripto, Francisco Hauque, en el marco de un conflicto financiero entre ambos.
La acusación proviene del fiscal Franco Picardi, quien sostiene que Piccirillo supuestamente colocó 1,2 kilos de cocaína y una pistola calibre 9 milímetros en la camioneta Audi Q8 de Hauque tras una cena que ambos mantuvieron el pasado 18 de enero en el lujoso Palacio Duhau, ubicado en el barrio de Recoleta. Este incidente se habría desatado en medio de una disputa prolongada por deudas económicas.
Además, en un giro inesperado de los acontecimientos, siete policías de la Ciudad de Buenos Aires fueron detenidos en el mismo operativo. Estos agentes, entre ellos un exonerado de la fuerza, están implicados como cómplices en la maniobra, acusados de ser el brazo ejecutor del supuesto montaje. La investigación, bajo la supervisión del juez Sebastián Ramos, se encuentra bajo un estricto secreto de sumario. Todos los policías involucrados habían sido suspendidos a partir del 21 de enero, apenas tres días después del incidente, y pasaron a situación pasiva a principios de febrero.
Es relevante destacar que, hasta el momento, Jésica Cirio no se encuentra implicada en la causa y se encuentra distanciada de Piccirillo. La jueza María Eugenia Capuchetti, quien había desestimado la causa inicial contra Hauque, declaró nulo el procedimiento que condujo a su arresto y al de su pareja. En su fallo, Capuchetti instó a investigar el accionar de las fuerzas de seguridad y la posible participación de otras personas en el presunto "armado" del caso en contra de Hauque.
La situación se tornó más compleja durante la indagatoria de Hauque, quien describió su relación con Piccirillo como "un poco tóxica" debido a una deuda que este le había dejado, la cual está documentada. Este caso sigue en desarrollo, y los detalles sobre la implicación de los policías y el futuro legal de Piccirillo permanecen en la mira pública.
Con este arresto, el episodio no solo añade un nuevo capítulo a la intrincada historia de las relaciones personales y profesionales en el mundo de los negocios cripto, sino que también pone de manifiesto las complicaciones dentro de las fuerzas de seguridad que supuestamente deben proteger al ciudadano.