Viajar, dice la letra de una canción, fortalece al corazón y en el andar no solo se van descubriendo nuevos paisajes en el camino, sino que, además de conocer lugares, culturas y formas de vida, hacerlo solo ayuda al autoconocimiento y aumenta la confianza en uno mismo, entre otras cuestiones que dejan huella en el recorrido. Por eso, pasar una noche al aire libre no solo calma la ansiedad, también despierta el espíritu aventurero y robustece vínculos, también con los amigos que se van sumando en cada etapa del viaje.
Y dormir bajo las estrellas no es una metáfora, sino, una realidad a la que muchos aventureros, y sobre todo, senderistas y montañistas principalmente están acostumbrados y les apasiona, pero que, al común de las personas no le es familiar, pero sí, todo un desafío, ya que es mucho más que una experiencia romántica o una escena de película, una postal de redes sociales; más bien es un acto transformador que conecta con lo esencial, rompe con las rutinas y fortalece el cuerpo y la mente de quien se anima a lanzarse a la aventura.
Por eso, una noche al aire libre puede generar el bienestar en los turistas y, reducir ansiedad, ya que, la ausencia de pantallas y, la presencia del sonido de la naturaleza en el entorno silvestre ayuda a desconectar del estrés urbano que se vive a diario. En este sentido, al dejar atrás el confort de lo cotidiano, nace un nuevo tipo de conexión con uno mismo, con la naturaleza y, con quienes comparten la experiencia, ya que, además de viajar solos, nunca uno está completamente aislado del mundo porque muchos pasean y otros eligen vivir de esa manera libre y, siempre hay punto de encuentro entre estas personas aventureras que le sueltan la mano al sistema. Es una forma simple, pero, poderosa de reconectar con lo que realmente importa, en relación a los seres queridos como la familia y las amistades.
En Argentina hay campings, paradores y parques con espacios destinados a realizar acampes, respetando ciertas reglas para disfrutar cuidando de la naturaleza. Cada noche en el campamento bajo el cielo abierto, tiene algo en común, la sorpresa. En ellos, el tiempo se pasa de otra manera, más lento y, ver una estrella fugaz, escuchar el crujido del bosque o despertar con la luz del sol es una constante que, siempre, invita a redescubrir la magia del presente.
Lugares para acampar en Argentina
Las opciones que ofrece el país son para todos los gustos y, van desde campings para armar la carpa hasta los equipados con cabañas, siempre rodeados de naturaleza, muchos con lagunas para caminar alrededor o pescar. De este estilo hay variadas ofertas cercanas a la Ciudad, pero, el país es tan diverso en culturas como paisajes permitiendo elegir entre las variantes, sobre todo, en largos recorridos donde además del viaje rutero en soledad, la experiencia también permite hacer amigos viajeros en el camino.
Hay gran diversidad de opciones de lugares con montañas, sierras y ríos entre otros, como, por ejemplo, el Parque Nacional Nahuel Huapi en Bariloche que tiene áreas habilitadas para acampar rodeadas de lagos y bosques. Lo propio sucede en el extremo norte, donde el Camping Municipal El Mollar en Tafí del Valle, en Tucumán, permite dormir bajo cielos despejados a 2.000 metros de altura. Es una referencia.
Algunos lugares deslumbrantes del país para vivir la experiencia son:
Parque Nacional Los Alerces, Chubut.Laguna Brava, La Rioja.El Bolsón, Río Negro.Parque Nacional Talampaya, La Rioja.Villa Pehuenia y Lago Aluminé, Neuquén. Los Esteros del Iberá, Corrientes.Sierra de la Ventana, Buenos Aires.Parque Nacional Quebrada del Condorito, Córdoba.Monte Hermoso, Buenos Aires.Uspallata, Mendoza.
En un mundo cada vez más acelerado, tomarse una noche para mirar el cielo puede ser el primer paso hacia una vida más plena, libre y conectada.
Seis razones para vivir una experiencia bajo las estrellas
Estas seis razones para acampar solo o acompañado, al menos una vez en la vida, son incorporables a cualquier otra aventura y, aunque muchos prefieren compartir la experiencia con amigos o familia, acampar en soledad tiene beneficios únicos.
Aumenta la confianza en uno mismo, ayudando a resolver imprevistos sin ayuda.Fortalece el carácter. Promueve la introspección y el autoconocimiento. Permite un descanso mental más profundo al no depender de agendas ajenas. Estimula la creatividad al quedar en silencio con los propios pensamientos. Potencia la conexión con la naturaleza sin distracciones.
Salir de la rutina y dormir en una carpa a cielo abierto reactiva el espíritu aventurero. No importa si es la primera vez o si ya son decenas de travesías las que se realizaron porque siempre hay algo nuevo que aprender.
Por otro lado, mentalmente, pasar la noche en un entorno natural favorece a:
La concentración. El estado de ánimo.Al descanso. Dormir con el ritmo del sol ayuda a regular el reloj biológico.
Además, viajar o acampar solo no significa pasar las noches en soledad, ya que, dentro del campamento, suelen darse charlas, reuniones y hasta cenas conjuntas donde se generan nuevas amistades. El fuego compartido, las historias contadas y el mate de madrugada generan vínculos auténticos.