Política

Durán Barba: “Milei puede no terminar bien si no para el carro”

Jaime Durán Barba está en Ecuador. Volvió hace escasos días de México. Dice que en su país natal hace muchísimo calor, que no lo soporta y que va a esperar para volver a Buenos Aires. Estudioso, analizó la “luminosidad del sol”, y asegura que puede ser grave si se sitúa “en 6 u 8″, y “crítica en 10″. Pero en Quito, donde pasa ahora sus días, “en el centro del mundo”, el registro es “de 11″: “Con esto debería acabarse la vida”, acota el consultor risueño, pero preocupado, en diálogo con el medio Infobae.

Desde Ecuador, Durán Barba, el hombre que llevó a Mauricio Macri a la Presidencia en el 2015, sigue con atención la región. En particular, México, Argentina y Estados Unidos. El fenómeno Donald Trump lo desvela: “Es el único presidente que intentó romper la democracia americana en dos siglos de historia, y avanza como loco”, subraya. En ese contexto, agrega, sobresale Javier Milei.

“Es parte de un fenómeno que se da en todos lados, que es una crisis brutal de la democracia. Está muy agudizado en América Latina, pero lo experimentamos también en Estados Unidos. Y para sorpresa de quienes analizamos la política norteamericana está avanzando como una topadora”, abunda el analista.

-¿Y cuál es la explicación?

-La explicación de fondo está en internet. Yo creo que los políticos, y en general los dirigentes de más de 50 años, no se dan cuenta de que estamos viviendo la revolución más descomunal de la historia de la humanidad en estos 10 años. El impacto de la robótica y la inteligencia artificial, y ahora que ya se está empezando a usar la computación cuántica, va a significar el nacimiento de una nueva especie en 4 años. El mercado laboral se va a ir al diablo todo. Está claramente estudiado que al menos el 60% de las actuales ocupaciones van a desaparecer. 60%. Eso también va a pasar en Argentina. Y eso la gente lo siente, porque la revolución tecnológica la siente más un joven argentino de 20 años que está con su Ipad viendo cómo se conecta a una red, que un viejo político de 60 años que está dedicado todavía a repartir folletos.

-El viejo político de 60 que reparte folletos en una unidad básica todavía no la ve, como dice el presidente.

Absolutamente, y Milei expresa eso, aunque también ideológicamente está confundido en el pasado.

-¿Por qué?

-En el momento en que Milei dice que (Gustavo) Petro es comunista, está hablando de la década del 60, es lo que a mí me emocionaba cuando tenía 20 años, 15 años. Los antiguos, y no solamente Milei, pero todo este club de ex presidentes que hay de derecha creen que hay que luchar contra el comunismo, y el comunismo como tal acabó en 1990, hace más de 30 años.

-¿En ese selecto club lo incluís también a Macri?

-Desgraciadamente también está Macri, están todos. Es un problema generacional. Yo soy una rara avis de mi generación, yo tengo bastante edad pero me dedico todo el tiempo a estudiar, analizar. Hice hace un mes un curso en California sobre la innovación tecnológica. No es lo común. Yo conozco a dos personajes importantes de América Latina, uno de ellos presidente actualmente y otro que fue presidente hasta hace poco, que no usan computadora, usan máquina de escribir.

-¿Y entonces?

-Si vos nunca usaste computadora, nunca entraste a internet, y si nunca entraste a internet eres un analfabeto del siglo XXI. Pero también eso es falso, porque en parte lo que expresa Milei es la cultura de la red, y entonces creen que haciendo un enorme tuit de 400 artículos pueden cambiar la Argentina en una semana. Hubo algunos políticos en la campaña que dijeron “hay que dejarse de gradualismos, y en la primera semana terminamos con todo”. Otro dijo: “En la primera semana cancelamos a todos los ñoquis”. Eso es la cultura de internet, es no darse cuenta de que las sociedades son complejas y hay intereses legítimos. Es legítimo que los sindicatos defiendan los intereses de los trabajadores, está muy bien que las asociaciones de empresarios defiendan sus intereses, que los gobernadores defiendan los intereses de las provincias, pero hay que ser conscientes de que hay muchos intereses que siendo legítimos son contradictorios y no es cuestión de mandar un tuit y decirle a todos “cambió el mundo”.

-El fin de semana en el diario Perfil describió bien ese fenómeno Milei de las redes, ¿pero cómo conjuga eso con la gestión, a la hora de gobernar?

-Este es un fenómeno tan nuevo que no se entiende bien qué hacer. El tema central que está armando lio en todo el mundo es que la gente común ya no es obediente. Antes, cuando yo era estudiante de la universidad de cuyo en Mendoza, estaba en la Juventud Peronista, el general Perón decía “es verde” y todo el mundo decía “es verdad”, y perfecto, y a nadie se le ocurría mandarle una carta diciéndole “oye Juan estás equivocado”, porque no se lo llamaba “Juan”, era “El General”. Ahora al presidente se le dice cualquier cosa, y un pibe que tiene acceso a enorme información manda una nota. Cuando yo colaboraba con Mauricio Macri recibíamos electrónicas unas dos mil notas por semana, y unas 200 físicas. “Oye Mauricio, me parece muy bien lo que haces hecho…”. Me acuerdo una nota de una señora de Formosa: “Te escribo porque ha crecido un árbol delante de mi casa, y me quitó la vista de la ventana y quiero ver si lo podes arreglar”. Porque le parece que sí, antes era una ciudadana común y ahora le puede pedir al presidente de la República que vaya a un lugar. Es la cultura de internet. Así se hizo la sociedad, que es una sociedad básicamente horizontal, que las relaciones de poder entre padres e hijos, maestros y estudiantes, curas y feligreses, políticos y ciudadanos, se volvió horizontal. Ahora todo el mundo habla de lo que quiere, cuestiona lo que quiere. No estoy criticando, no me parece mal tampoco. Pero es un fenómeno que antes no había.

-Vos decías, en ese sentido, de forma irónica, que Milei, en vez de mandar un DNU, podía mandar un emoji, por esto de querer cambiar el país en pocos días. Pero eso, en el fondo es impracticable.

-Es impracticable, porque además en concreto en el caso argentino, a diferencia de otros países, es un país federal, y entonces en Argentina no puede el gobierno central disponer cualquier cosa y todas las provincias agachan la cabeza. Tiene una tradición federal además, no olvidemos que la provincia de Buenos Aires es la última en adherir a la confederación. Antes había una federación, provincias del sur, sin Buenos Aires. Tienen un sentimiento federal que no tienen en otros países. Hay felizmente una división de poderes que ha persistido a pesar de todos los intentos totalitarios, hay un Poder Judicial independiente. Y hay una sociedad densa. A mí me encanta mucho Buenos Aires, y vivo mucho ahí, yo soy miembro del Club Político, me reúno con amigos que se dedican a la filosofía, y hay mucha gente pensando, hay muchas librerías, hay mucho teatro, y todo eso provoca una sociedad densa, que es lo que no tiene (Nayib) Bukele en El Salvador. El Salvador es un municipio del conurbano en el que no hay librerías, no hay ninguna densidad, había muchos delincuentes y un señor se hizo popular armando una enorme cárcel y torturando a los delincuentes. Pero eso no es un proyecto de país para un país como Argentina.

Jaime Durán Barba Javier Milei

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