El País

El círculo rojo no está conforme con la devaluación de Milei y quiere más: "No alcanza"

Crédito: Revista container

Javier Milei y Luis Caputo acaban de concretar este lunes su segunda devaluación en 16 meses, con el debut de las nuevas bandas cambiarias del Banco Central con un tope del dólar a 1.400 pesos. Sin embargo, desde el sector privado advierten que este salto en el tipo de cambio no será suficiente para devolverle al país la competitividad que necesita. Así, el Gobierno podría quedar en el peor de los mundos: metido en un ciclo inflacionario en los meses preelectorales, pero sin dólares que necesita para no depender del giro del FMI.

Junto con el fin del cepo, hoy arrancó el nuevo esquema cambiario del BCRA, en el que el dólar fluctuará (se supone que libremente, aunque la entidad monetaria anticipó algún tipo de intervención) entre los 1.000 y los 1.400 pesos, bandas que se irán ampliando a razón de un 1% mensual.

Esto implica que el salto en el tipo de cambio sería, como máximo, de un 27%, la diferencia que hay entre los 1.073 pesos a los que cerró el dólar mayorista el viernes y la banda superior de 1.400 pesos.

 

Argentina seguirá siendo poco competitiva

El problema es que aun con esta devaluación, el país no ganaría la competitividad necesaria. Así lo advirtió un informe de IERAL, de la Fundación Mediterránea, elaborado luego de los anuncios del acuerdo con el FMI y salida del cepo del viernes pasado.

"Lo que queda claro es que, en ningún caso, cabe esperar un salto significativo en la 'competitividad cambiaria', similar a los ocurridos en el pasado como, por ejemplo, en diciembre de 2023. En la comparación histórica, el tipo de cambio resultante seguirá siendo relativamente bajo", señaló la presentación.

En ese sentido, agregó que "por lo tanto, el dato más relevante de los anuncios es precisamente que no implican una mejora sustancial en la 'competitividad cambiaria'. Esto significa que, para la producción nacional, será un alivio cambiario acotado. En consecuencia, los problemas actuales de competitividad no solo persistirán, sino que seguramente se agudizarán en los próximos meses".

Esto se revela a partir del tipo de cambio real multilateral (TCRM), que determina cuán competitiva es la moneda de un país, en este caso el peso argentino, frente a las monedas de sus principales socios comerciales. El TCRM medido por el Banco Central era, el viernes pasado, de 80 puntos. Es decir, la mitad de los 162 puntos que alcanzó el 14 de diciembre de 2023, dos días después de la primera devaluación de Caputo, que implicó un salto del 118% en el tipo de cambio.

Por lo tanto, Argentina era hasta el viernes la mitad de competitiva de lo que era en la semana posterior a la asunción de Javier Milei, una consecuencia directa del atraso del dólar que el Gobierno estableció en estos meses como ancla antiinflacionaria.

El BCRA todavía no actualizó el TCRM tras la devaluación de este martes, que por ahora llevó el dólar oficial a unos 1.200 pesos, un salto del 11%. Sin embargo, IERAL hizo su propio cálculo, en el que toma un TCRM de 105 el viernes pasado y determina que, en caso de que el dólar mayorista llegue a los 1.400 pesos de la banda superior, se iría a solo 133 puntos. A comparación, la devaluación de diciembre de 2023 lo había llevado a 210, o sea un 57% más (la diferencia de números con el BCRA viene de que la entidad monetaria toma la base 100 en diciembre de 2015 y IERAL lo hace en la Convertibilidad).

En pocas palabras, pese a la devaluación, Argentina será un 36% menos competitiva de lo que era en diciembre de 2023, y eso en el "mejor" de los casos. Si el dólar no alcanza la banda superior de 1.400 pesos, la competitividad será todavía menor.

 

El peor de los escenarios para Milei: inflación sin dólares

Este escenario genera un mal presagio, ya que implica que los exportadores, fundamentalmente el campo pero también los industriales y los energéticos, no tendrán suficientes incentivos para liquidar inmediatamente. Es decir, no entrarán todos los dólares que el Gobierno necesita para sostener las reservas del BCRA y la demanda generada por la salida del cepo a mediano plazo, más allá de los 15.000 millones de dólares del FMI que llegarán entre mañana y junio.

Algo de esto reconoció el propio Milei este lunes, cuando afirmó que "si (el campo) tiene que liquidar, que lo haga ahora porque en junio vuelven las retenciones", previendo que los productores y cerealeras pueden no encontrar tan atractivo el tipo de cambio de 1.400 pesos. Y anticipando que efectivamente, como estaba previsto, terminará en junio la rebaja de retenciones de un 20% lanzada a fines de enero.

Al mismo tiempo, la continuidad de un dólar relativamente barato señala que no se terminará inmediatamente el "festival de importaciones" 2.0 que se aceleró en los últimos meses con el descenso del TCRM. En resumen, pocos dólares generados por exportaciones y muchos dólares gastados por importaciones, cuando estos serán necesarios para contener la demanda minorista tras el fin del cepo.

La tormenta perfecta para Milei y Caputo podría llegar de la mano de la inflación, ya que los proveedores están ajustando sus listas con un dólar a 1.400 pesos pese a que todavía no alcanzó ese valor. El peor escenario sería el de un nuevo ciclo inflacionario, con un IPC mensual de entre 3 y 5 puntos por el próximo semestre electoral a partir del 3,7% de marzo, pero sin los dólares con los que el BCRA pensaba contar producto de la devaluación.

Un escenario que, en definitiva, hace prever que podría haber un nuevo salto devaluatorio en los próximos meses más allá de la ampliación de la bandas cambiaria superior del Banco Central.

Con información de El Destape

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