La Provincia

El retiro espiritual en Santa Mama Antula contó con más de 300 chicos

En un evento que congregó a más de 300 jóvenes, se llevó a cabo ayer un retiro espiritual en la capilla de Santa Mama Antula de Villa Silípica.

La jornada, caracterizada por la reflexión, el compañerismo y la devoción, atrajo a participantes de diversos grupos religiosos provenientes tanto de la zona como de otras ciudades del interior, así como de Capital y Banda. Además, se unieron contingentes de provincias como Córdoba, Mendoza, Tucumán, La Pampa y Catamarca.

La jornada comenzó puntualmente a las nueve de la mañana con un desayuno que sirvió como punto de partida para las actividades.

Posteriormente, se llevaron a cabo reflexiones dirigidas a los adolescentes, abordando temas relevantes sobre la situación actual que atraviesan y los riesgos a los que están expuestos.

También se dedicó un tiempo considerable a reflexionar sobre la importancia de la familia en la vida de los jóvenes.

En horas de la tarde, la capilla se llenó de cánticos, alegría y bailes folclóricos, ofreciendo un espacio de esparcimiento y celebración cultural.

A las 17 en punto, el evento central del día tuvo lugar con la santa misa, presidida por el párroco de Santa Mama Antula, Mario Ramón Tenti.

Durante su homilía, el padre Tenti instó a los jóvenes a no tener miedo de cambiar y a confiar en Jesús, quien siempre extiende su mano amiga.

“Es hora de cruzar el río y cambiar, como lo hicieron Jesús y sus apóstoles, quienes también tenían miedo pero confiaron”, afirmó Tenti, resonando profundamente en los presentes.

El evento concluyó con cánticos y aplausos, reflejando el entusiasmo y la gratitud de los participantes.

Además de los jóvenes, el retiro contó con la presencia de personas de todas las edades y de agrupaciones gauchas de la zona, evidenciando la diversidad y unidad de la comunidad.

Antes de iniciar las actividades del día, se llevó a cabo una procesión por las calles de Villa Silípica, marcando el comienzo de una jornada memorable que, sin duda, dejó una huella imborrable en el corazón de todos los asistentes.

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