En el documento, el sumo pontífice sabía que se acercaba "su ocaso en la vida terrena" y ante esa situación pidió que sus restos descansen en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma “sin decoración particular”.
"Deseo que mi último viaje terrenal termine en este antiquísimo santuario mariano, al que acudía en oración al inicio y al final de cada Viaje Apostólico para confiar confiadamente mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle sus dóciles y maternales cuidados", expresó el papa.
"El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus", agregó. "Que el Señor dé la recompensa merecida a quienes me han amado y seguirán rezando por mí. El sufrimiento que estuvo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos", completó.
Con información de C5N