En un juicio abreviado realizado ayer, la jueza María Carolina Salas condenó al empleado infiel de una distribuidora de bebidas y alimentos, a la que estafó en una suma que se calculó en 35 millones de pesos, y le aplicó la pena de 3 años de prisión en suspenso.
Se trata de Víctor Antonio Luna, a quien la fiscal Luciana Jacobo acusó por los delitos de estafa y administración fraudulenta. El inculpado admitió los hechos endilgados y solicitó a su defensa, ejercida por los Dres. Patricia García y Carlos Ríos López, que diligencie el trámite abreviado, aceptando la condena propuesta.
El modus operandi
Luna utilizaba el dinero en efectivo de las ventas, para cambiarlo por cheques que le suministraba un cómplice —de apellido Rojas—, los cuales eran presentados como rendición de la caja de la firma comercial. Supuestamente, luego la plata era repartida entre ambos individuos.
Sin embargo, al llegar la fecha de vencimiento, los cheques eran rechazados por falta de fondos, dejando al descubierto el grave desfalco en perjuicio de la distribuidora.