La clasificación del París Saint-Germain (PSG) a la final de la Champions League desató una ola de festejos en las calles de la capital francesa que, lamentablemente, se vio empañada por actos de vandalismo y un grave incidente que dejó varios heridos.
La alegría desbordante de los aficionados se tornó violenta cuando un grupo de hinchas atacó brutalmente un automóvil Mercedes, destrozándolo por completo en medio de las celebraciones. La escena, capturada en videos que rápidamente se viralizaron en redes sociales, generó indignación y la pregunta inevitable: "¿Qué les hizo el coche?"
Según informaron las autoridades, la jornada de festejos culminó con la detención de 43 personas implicadas en diversos actos delictivos, incluyendo vandalismo, agresiones a agentes de policía y daños a la propiedad pública y privada.
Pero el incidente más grave ocurrió en las inmediaciones de los Campos Elíseos, cuando un sedán negro irrumpió a gran velocidad entre la multitud eufórica, atropellando a varios hinchas que celebraban el pase a la final. Testigos presenciales relataron con horror cómo el vehículo embistió a los aficionados, sembrando el caos y el pánico en la zona.
La Prefectura de Policía confirmó que tres de los heridos fueron trasladados de urgencia a un hospital cercano. La noticia más preocupante es que uno de ellos se encuentra en estado crítico, generando consternación y preocupación por su evolución.
Este lamentable episodio pone de manifiesto cómo la euforia desmedida de algunos puede derivar en actos de violencia con consecuencias graves. Mientras la mayoría de los aficionados del PSG celebraban pacíficamente el logro deportivo de su equipo, una minoría empañó la fiesta con vandalismo y un acto irresponsable que dejó personas heridas y una pregunta sin respuesta: ¿hasta dónde puede llegar la pasión descontrolada por un equipo de fútbol? Las autoridades continúan investigando los incidentes para esclarecer lo sucedido y llevar a los responsables ante la justicia.