Una mujer que regresaba a bordo de su motocicleta a su vivienda fue sorprendida en la calle por su expareja, expolicía, quien le arrojó un ladrillo hueco, ocasionándole daños en el casco. Luego, la atacó a trompadas y tuvo que ser auxiliada por sus vecinos y su hijo mayor.

Desde principios de este año, una mujer de 38 años, residente en la zona sur de la Capital, le pidió a su pareja de varios años poner fin a la relación. Estaba cansada de los malos tratos que recibía de parte del agresor, por lo que le manifestó que “no quería seguir más con él”, pero este reaccionó de manera violenta y se negó a terminar el vínculo. Se habría tornado agresivo, por lo que la mujer radicó una primera denuncia en su contra el 7 de marzo del corriente año. Luego, tras un nuevo incidente, en el que el sujeto pretendía obligarla a retomar la relación, la mujer se presentó en la Comisaría Comunitaria 51 donde lo denunció penalmente el 18 de abril.

Ante la situación, la Justicia dispuso que sea notificado de una restricción a favor de la damnificada. Pero nuevamente, ayer, cerca de las 3.40, cuando la denunciante volvía a su casa de su trabajo, se encontró con el sujeto.

El denunciado, quien tendría problemas de alcoholismo y sería ludópata, estaba sentado en la vereda de su vivienda. Sin mediar palabras, tomó un ladrillo hueco y lo lanzó contra la víctima impactando contra el casco protector que tenía colocado. Le dañó el visor. Luego, el expolicía –con quien tiene tres hijos de 19, 13 y 4 años- comenzó a propinarle trompadas. Su hijo mayor escuchó sus gritos y salió a auxiliarla, mientras que los vecinos también ayudaron.

La mujer le dijo que “llamaría a la Policía”, por lo que agresor se dio a la fuga con rumbo desconocido.

La víctima radicó una nueva denuncia en su contra, por lo que se iniciaron las pesquisas pertinentes del caso.