Un niño de cuatro años que había desaparecido junto a su padre fue encontrado muerto este viernes en el río Paraná, a la altura de la ciudad de Reconquista, provincia de Santa Fe. Tanto él como su progenitor eran buscados desde el martes pasado.
La víctima, identificada como Agustín Ovando, estaba a tres kilómetros del lugar donde quedó la lancha en la que circulaba con Pablo Ovando, de 44 años, guía de pesca que sigue siendo buscado intensamente por las autoridades.
El martes pasado, Pablo, de 44 años, se embarcó junto a su hijo en su barco bautizado WALLY (Matrícula REY-020999) para disfrutar de una jornada de pesca por la zona ribereña de El Palmar, según informaron medios locales.
El plan era regresar al día siguiente, pero las horas pasaron y no daban señales de vida. Se temió lo peor cuando la embarcación fue hallada anclada cerca del riacho San Jerónimo, en jurisdicción de Puerto Reconquista, pero sin sus tripulantes y sin signos de violencia.
Los chalecos salvavidas estaban en el bote y el teléfono celular del hombre fue hallado el mismo miércoles en su camioneta, que tampoco presentaba signos de haber sido violentada.
Fue entonces que comenzó una búsqueda desesperada por parte de las autoridades locales, encabezadas por efectivos y buzos tácticos de Prefectura y allegados de Ovando y vecinos del lugar.
¿Quién es el padre del nene hallado muerto?
Pablo Ovando, quien continúa siendo buscado, es un reconocido empresario de la zona: dueño de Pirayú Excursiones, participa en competencias de motonáutica y conoce el río a la perfección.
"Él no es un improvisado, conoce cada rincón del río. "Esto no tiene sentido", dijo un amigo entre lágrimas, mientras participa activamente de los rastrillajes que se han intensificado en las últimas horas.
La situación se desencadenó cuando, al caer la tarde del miércoles, no respondía los llamados telefónicos, por lo que un empleado de su empresa se acercó al muelle y la lancha WALLY estaba anclada en medio del río San Jerónimo, sin rastros de Pablo ni de su hijo.
De inmediato se dio aviso a su esposa y se radicó la denuncia, iniciándose la búsqueda con efectivos de Prefectura Naval, personal policial, buzos tácticos, familiares, amigos y pescadores que se fueron sumando con el transcurrir de las horas.