La Provincia

María Cristina, verdulera por amor y herencia y enfermera por vocación [VIDEO]

El mercado Unión tiene muchas historias de sus puesteros por contar, pero en este caso en particular y en el marco de la Semana de la Mujer, se destaca la de María Cristina Acuña, vendedora por elección y herencia y enfermera por vocación, pero sobre todo una luchadora incansable.

 

Mientras atendía su puesto de frutas y verduras, comentó a Nuevo Diario cómo comenzaron sus días en este lugar: “Fue por mi mamá, María Cecilia, que en paz descanse y que fue una de las primeras puesteras aquí en el mercado Unión, recuerdo que venía sola, manejaba el puesto solita y con esto nos dio de comer a mí y a mis 4 hermanos, también nos permitió estudiar y yo lo hice, me recibí de enfermera, pero nunca la quise abandonar, así que siempre la acompañaba, ya cuando ella no pudo venir más, seguí sola y así estoy hace más de 40 años llevando el puesto solita”, inició comentando.

 

Desde que lleva el puesto, Cristina se dedicó por completo a trabajar por sus dos hijos y, a pesar de la artritis en las manos, por las mañanas atendía su verdulería y por las tardes trabajaba de enfermera: “Así como lo hizo mi mamá crié a mis dos hijos, con dos trabajos y a pulmón, así ellos pudieron estudiar y se recibieron, gracias a estos trabajos que uno lo tengo por herencia y amor y el otro por vocación de servir y ayudar a los demás”.

 

“El ejemplo de mi mamá fue algo muy importante para mí como mujer para luchar día a día por mis hijos, por la vida que quería, así fue hasta que me jubilé a los 60 años, ahí dejé la enfermería formalmente, aunque sigo ayudando a quienes lo necesitan, hay mucha gente que no puede pagar para colocarse una inyección o tomarse la presión, eso lo hago porque me gusta y amo ayudar a la gente”.

Un corazón noble

La mujer contó que pasó por muchas situaciones que “me pusieron a prueba en la vida para ayudar a los demás y siempre elegí hacerlo, siendo enfermera vi muchas cosas por las que pasa la gente, así como aquí en la venta, tengo clientes desde hace más de 20 años que son fijos y a veces no alcanza para comprar, más hoy en día como está la situación, por eso siempre busco de que lleven aunque sea una manzanita para que tengan o les fío y después me pagan, creo que si todos somos así la sociedad sería mejor la verdad, hoy en día hay mucha gente que no tiene, que no le alcanza y los que tenemos un poquito más debemos ayudar”, expresó.

 

Actualmente, la orgullosa madre, abuela y mujer inicia sus días a las cinco de la mañana: “Voy en moto hasta el mercado a comprar la verdura y vengo a esperar aquí a que me la traigan, cuando llega lavo y acomodo las cosas, siempre traté de tener lo mejor posible el puesto como mi mamá lo hacía, a las 12.30 más o menos comienzo a ordenar y a las 13.30 me voy a mi casa, vivo sola por lo que debo hacer todas mis cosas. Por las tardes siempre surge algo que hacer y si me solicitan una ayuda la doy”.

El video:

 

 

Mujeres Santiagueñas

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