Miles fueron los devotos con sus distintivos rojo y amarillo que llegaron a Sancha Pozo para rendirle honor a San Gil y cumplir sus promesas, algunos para agradecer con mucha fe, con un corazón esperanzado.
Miles fueron los devotos con sus distintivos rojo y amarillo que llegaron a Sancha Pozo para rendirle honor a San Gil y cumplir sus promesas, algunos para agradecer con mucha fe, con un corazón esperanzado.
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