“A raíz de la nota periodística en el portal de noticias Nuevo Diario web, del 08/08/2024 y formato papel de fecha 09/08/2024, en mi carácter de abogado, delegado Banda de la Anses, y fundamentalmente, como persona que soy. En ejercidio del derecho de réplica reconocido y protegido por nuestro ordenamiento jurídico argentino, específicamente por lo que se refiere al artículo 14 de la Convención Americana de Derechos Humanos; por medio del presente escrito solicito se me otorgue la oportunidad de ejercer dicho derecho, en la misma extensión del espacio que dedicó a la nota e las expresiones maliciosas y discriminatorias allí vertidas, sin perjuicio de las acciones legales que me corresponden instaurar”.
“Es con enorme pesar y tristeza que mi familia y yo tuvimos que leer y soportar que el Nuevo Diario me llame ‘discapacitado mental’, expresión no solo impropia científicamente sino altamente ofensiva. Esto me obliga a aclarar lo obvio: ninguna persona en este planeta es un discapacitado, sino que tiene una discapacidad, lo que es muy distinto. Porque una discapacidad o, mejor dicho, una capacidad diferente no nos define: solo nos define nuestra humanidad y, por ello, solo somos seres humanos”.
“Desde ya que un ‘certificado único de discapacidad’, como el que efectivamente poseo, tampoco me define como ‘discapacitado’ ni me priva de ningún derecho. Por el contrario, se trata de un documento oficial que demuestra que ‘tengo una discapacidad’ y que, por ello, tengo derecho a no ser discriminado y a ser incluido en todo ámbito social, desde universidades hasta cargos estatales”, indica Molina.
“La tendendiosa nota pone en tela de juicio mi título universitario y mi capacidad para haberme recibido de abogado. Dice la nota: ‘si Molina es discapacitado mental ¿cómo hizo para recibirse primero de procurador y luego de abogado en la vecina provincia de Tucumán?’(sic). Permítaseme responder a tal interrogante: con esfuerzo de mi parte, e inclusión por parte de mis compañeros y familia. Así fue como me gradué de dos carreras universitarias. Y así fue como merecidamente obtuve el cargo que hoy ostento”.
Añade: “Como abogado ejercí en una enorme cantidad de causas civiles y penales, con gran éxito, por cierto”.
“Como ciudadano, estuve siempre abocado a tareas comunitarias referidas a la inclusión y educación, llegando a ser presidente de bibliotecas populares, por ejemplo, desde las cuales brindamos contención y educación en barrios humildes. A su vez, soy militante político, por supuesto, e integrante de una fundación que fomenta las ideas de la libertad”.
“Y si bien a la mayoría de las personas toda esta historia de ardua e incesante lucha y de prodigiosa superación podría darles ánimos para avanzar en sus vidas, siempre existirán seres oscuros y patéticos que, desde la envidia o movidos por espúreos intereses políticos, atacarán al vulnerable, al distinto, al que perciben como ‘discapacitado’”.
Finalmente, Molina manifiesta: “Entiendo propicio finalizar este pedido de derecho de réplica haciendo propias las palabras de la Convención Interamericana para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las personas con discapacidad (aprobada por la Ley 26.378 y de jerarquía constitucional por Ley 27.044).
El letrado finaliza exigiendo “que Nuevo Diario me brinde la fuente de quien le otorgó toda la información relativa a mi actividad profesional y personal como el c.u.d, fotos y todo lo concerniente a mis datos. de no recibir una respuesta satisfactoria en 48 horas me reservo el derecho de iniciar acciones legales pertinentes para resarcir el daño causado a mi honor y reputación”.