El establecimiento rural "El Rincón del 18", ubicado a 40 kilómetros del centro de Olavarría, fue escenario de un horror que quedó al descubierto cuando compañeros de trabajo de Miguel Ángel Romero llegaron hasta la vivienda al notar su ausencia laboral. Lo que encontraron fue un cuadro desgarrador, los cuerpos sin vida de Romero, su pareja Daiana Soledad Contreras y su pequeña hija Iris de apenas cuatro años.

Las autopsias confirmaron lo que las autoridades ya sospechaban. Daiana murió por asfixia mecánica, víctima de estrangulamiento, mientras que la pequeña Iris sufrió un traumatismo craneoencefálico fatal. Romero, por su parte, terminó con su vida mediante ahorcamiento. En la escena del crimen se encontró un cuchillo que habría sido utilizado durante los hechos, aunque no fue el arma causante de las muertes.

Según revelaron investigaciones periodísticas locales, Romero tenía denuncias previas por violencia, tanto contra su propia hija como contra otros hombres. Estos antecedentes cobran especial relevancia ahora que la fiscal Mariela Viceconte, de la Unidad Fiscal especializada en violencia de género, lleva adelante la investigación bajo la carátula de femicidio agravado por el vínculo y seguido de suicidio.