Un niño de un año y tres meses y su familia, domiciliados en el barrio Independencia de la Capital, se encontraban de visita en la casa de la abuela del menor, de Camino de la Costa y San Esteban, de Maco. Eran las 10.30 del miércoles 16 del corriente mes y el pequeño estaba comiendo golosinas. Se trataba de una bolsa con galletas en forma de animales y huevitos de colores.
En esa circunstancia, el niño se atragantó con un huevito y comenzó a tener problemas para respirar, hasta que perdió la conciencia. La madre trasladó a su hijo hasta la subcomisaría La Costa, desde donde se solicitó una ambulancia. El paciente tenía los signos vitales bajos y le realizaron maniobras, tras lo cual habría expulsado secreciones de sangre por la nariz y la boca. El menor fue trasladado a un centro de salud y lo estabilizaron, pero debido al tiempo transcurrido sin recibir oxígeno, fue internado en terapia intensiva.
A pesar de los esfuerzos médicos, el paciente sufrió muerte encefálica y un paro cardiorrespiratorio que provocó su deceso antes de las dos de la tarde de ayer. La tragedia fue informada a la fiscal Silvina Paz, quien ordenó que el cuerpo fuera entregado a su familia para la inhumación.