Este jueves, Boca llegó confiado al "Bosque" en su visita a Gimnasia de La Plata, donde iba a concentrarse en retornar a la punta. No obstante, apenas 9 minutos pasados del comienzo del partido, el mismo fue interrumpido.
El desencadenante de la suspensión fue que a las afueras del estadio se vivían serios disturbios. La capacidad del estadio se encontraba desbordada y los hinchas de Gimnasia insistían en entrar, por lo que fuerzas de seguridad tuvieron que reprimir haciendo uso de la fuerza.
Como es costumbre, los hinchas comenzaron a arrojar elementos contundentes hacia los numerarios, quienes tuvieron que recurrir al uso de gas lacrimógeno y balas de goma para disuadir a los fanáticos.
Mientras un multitudinario grupo se enfrentaba a los antidisturbios, otros intentaron ingresar a la cancha e incluso lo consiguieron: fue ahí cuando la revuelta pasó hacia el interior del estadio, poniendo en peligro a hombres, mujeres y niños que habían ido a disfrutar del partido.
En estas circunstancias, y viendo que los gases lacrimógenos alcanzaron al plantel de ambos equipos, el árbitro Hernán Mastrangelo decidió suspender el cotejo.