El exjugador de baloncesto Fabricio Oberto, quien fue campeón olímpico en Atenas 2004 y subcampeón mundial en 2002, resaltó la esencia de la Generación Dorada al destacar que todos sus integrantes siempre estuvieron dispuestos a poner el pecho a cada partido.
"En la Generación Dorada, todos éramos comprometidos y no dábamos un paso atrás. Éramos un equipo lleno de personalidad. Si miras los partidos, a veces parecía que estábamos enojados todo el tiempo. Nuestras prácticas con la Selección eran intensas y competitivas; era como una batalla campal", valoró el cordobés durante su participación en el programa "Paren la mano".
"Cada uno tenía su rol específico y sabíamos exactamente en qué debíamos enfocarnos. Teníamos a Manu Ginóbili, quien fue el primero en entender su papel. Por ejemplo, en la final del Preolímpico 2011, Manu apenas intentó tres tiros a canasta, pero su habilidad para atraer la defensa y habilitar a sus compañeros fue invaluable", recordó.
Oberto, actualmente residiendo en San Antonio, Estados Unidos, donde también jugó para los Spurs y se coronó campeón de la NBA (uno de los dos únicos junto a Ginóbili en lograrlo), reflexionó sobre la importancia del espíritu de equipo en la Generación Dorada.
"Cuando ganamos la final olímpica, todos nos quedamos en silencio. Fue un momento en el que nos dimos cuenta de que habíamos demostrado lo que podíamos hacer en la cancha. En ese momento, comenzamos a bromear porque algunas personas intentaron silenciarnos. El grupo siempre estuvo por encima de todo, cada uno conocía su función. Por ejemplo, antes de intentar un tiro al aro, asegurábamos que la pelota pasara por cuatro compañeros en un movimiento de ataque", recordó con nostalgia.
"Me perdí la final debido a una fractura en la mano, y fue devastador para mí...", lamentó.
Durante 2002 y 2004, el equipo de baloncesto argentino derrotó a Estados Unidos, marcando así las primeras derrotas significativas del "Dream Team" estadounidense en competencias FIBA.
Haciendo referencia al reciente Campeonato Mundial de básquet, donde Alemania se coronó campeona por primera vez en su historia, Oberto destacó la victoria del juego en equipo por encima de las individualidades.