A los jugadores podrán ovacionarlos, aplaudirlos o insultarlos cada vez que saltan a la cancha, pero pocos saben las batallas que tienen que enfrentar cada vez que cruzan la línea de cal para afuera y siguen con sus vidas. Rafael Barrios sufrió en noviembre de 2023 el golpe más fuerte de todos, la pérdida de su hijo, pero el fútbol le devolvió la sonrisa y, antes de que se cierre 2024, le permitió ser campeón de la Copa Argentina con Central Córdoba.
“Me siento muy feliz. Hoy lo jugamos mi familia, yo, Valentino a quien lo perdimos. Este año nos tocó arrancar el año con una desgracia y terminarlo así es una alegría inmensa. Es lo que siempre busqué. Gracias a Dios y a mi angelito que me guía desde arriba se me dio este título”, expresó el lateral derecho Rafael Barrios, quien le tocó pasar un momento muy duro por la pérdida de su hijo y anoche cerró el año con un histórico título en Central Córdoba, siendo un jugador clave.
A finales del año pasado, su esposa Rosana comenzó a presentar complicaciones con el embarazo de su segundo hijo, mientras volvían a Carlos Casares luego de la eliminación de Agropecuario en el Reducido de la Primera Nacional. Tras el control médico, se advirtió que el parto debía adelantarse. Lamentablemente, al nacer Valentino, los doctores detectaron que tenía problemas respiratorios y por eso debió ser trasladado a la localidad de Junín, donde falleció después de tres días de lucha. “Fue el momento más horrible de mi vida”, confesó “Rafa” tiempo después.
“Es increíble. Lo remarcamos siempre, desde la llegada de Omar (por el entrenador De Felipe) el grupo se unió mucho, nos juntábamos siempre y se formó una tremenda familia. El resultado de hoy es por la unión del grupo”.
En esos tiempos de tristeza absoluta, el fútbol fue su cable a tierra y por suerte le pudo dedicar un gol a su bebé. Después de marcarle a Defensa y Justicia, se tiró al piso y no pudo contener las lágrimas. En aquel entonces, el “ferroviario” estaba peleando el descenso. Hoy, tiene su primera estrella bordada al escudo.
“Es increíble. Desde la llegada de Omar, el grupo se unió mucho, empezamos a meter asado, nos juntamos y se hizo un grupo de la puta madre. El resultado de hoy es por la unión del grupo que hay”, aseguró. Y cerró, con los ojos vidriosos y la voz a punto de quebrarse: “Lo quiero compartir con mi mujer, que está allá arriba con mi hijo, y con mi otra hija”.