El debut de la Selección Argentina de Fútbol para Ciegos (Los Murciélagos) en los Juegos Paralímpicos de París 2024 será hoy y este evento también marcará la cuarta participación paralímpica de Froilán “Coqui” Padilla, santiagueño oriundo de Nueva Esperanza, de 45 años, que viene de ganar una medalla de oro el año pasado en el Campeonato Mundial de deportes para personas ciegas en Birmingham, Inglaterra.
A lo largo de los años, Froilán ha enfrentado numerosos desafíos. En esta nueva participación, no solo buscará sumar una medalla más a su historial, sino también superar los obstáculos que se han interpuesto en su camino. Uno de ellos ocurrió hace cinco meses, cuando la Federación Argentina de Deportes para Ciegos (FADEC) y la Secretaría de Deportes de la Nación amenazaron con quitarles las becas a los jugadores.
Estas becas son mucho más que un simple ingreso económico; representan un reconocimiento tangible al esfuerzo y dedicación de los atletas. "La posibilidad de perder las becas fue un golpe duro", comentó Padilla, dejando ver en su voz la frustración que sintió en ese momento. "Estos apoyos no son solo dinero: son una forma de sentirnos valorados y respaldados en nuestro trabajo", añadió, subrayando que muchos de sus compañeros dependen de estos fondos para cubrir necesidades básicas.
El cambio de cuerpo técnico antes del Grand Prix de Estrasburgo que se realizó en el mes de junio también trajo consigo desafíos. "Adaptarse a nuevos métodos y estrategias nunca es fácil. La falta de tiempo para lograr cohesión y entendimiento entre el nuevo cuerpo técnico y el equipo afectó nuestro rendimiento. Aprendimos que la comunicación abierta y el entendimiento mutuo son cruciales para el éxito", explicó. En este torneo, Los Murciélagos lograron un quinto pusto, algo "inaudito" para ellos, pero esperable tras el mal presente de su cuerpo técnico, que luego fue reemplazado por Claudio Falco.
A pesar de los obstáculos, Froilán se enfoca en la importancia de la inclusión y el reconocimiento de los atletas con discapacidad. "En el deporte paralímpico, el nivel de competencia es increíblemente alto”, remarcó. “Tuve el honor de competir en tres mundiales y cuatro Juegos Paralímpicos, y para mí no hay diferencia entre un Juego Olímpico y un Paralímpico. La pasión, la preparación y el esfuerzo son los mismos", destacó.
Para él, la verdadera integración no es solo un concepto abstracto, sino una realidad que debe ser vivida y apreciada. "La integración significa reconocer a las personas por sus capacidades, no solo por sus discapacidades. Quiero que los jóvenes vean que, a pesar de los obstáculos y las dificultades, con esfuerzo y dedicación, se pueden alcanzar grandes logros. La verdadera integración es vernos como iguales y recibir el apoyo que merecemos", añadió.
Padilla también compartió sus sentimientos personales y su motivación. "Cada participación en los Juegos Paralímpicos es una experiencia emocionante y un motivo de orgullo. Mi objetivo es que Los Murciélagos sean vistos como un ejemplo de superación y dedicación. Espero que mi trayectoria inspire a los jóvenes deportistas a seguir sus sueños y a esforzarse por alcanzar sus metas", concluyó.