
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro enfrenta un delicado postoperatorio que lo mantendrá hospitalizado "por lo menos dos semanas", según informaron sus médicos este lunes, tras una cirugía abdominal de emergencia. La intervención quirúrgica se produce en un momento crítico para el líder de extrema derecha, quien recientemente fue imputado por la Corte Suprema por su presunta participación en un intento de golpe de Estado en 2022.
Bolsonaro, de 70 años, fue sometido a una cirugía el domingo en Brasilia debido a una "distensión abdominal" relacionada con la puñalada que sufrió durante un acto de campaña en 2018. A pesar de que su esposa, Michelle Bolsonaro, había publicado en redes sociales que el exmandatario ya se encontraba en una habitación, los médicos fueron cautelosos y aclararon que aún permanece en la unidad de terapia intensiva, sin una fecha definida para su alta médica.
"El procedimiento fue necesario para tratar una obstrucción causada por pliegues en el intestino delgado", explicó el propio Bolsonaro (2019-2022) en su cuenta de X. "La recuperación exige cuidados intensivos y será gradual", añadió.
En conferencia de prensa, el cardiólogo de Bolsonaro, Leandro Echenique, calificó la cirugía como "extremadamente compleja", aunque destacó que "el resultado final fue excelente". Sin embargo, advirtió que "va a ser un postoperatorio muy delicado y prolongado", señalando que las primeras 48 horas serán "críticas" para evaluar la evolución del paciente.
Por su parte, el jefe de cirugía, Cláudio Birolini, estimó que, si la recuperación transcurre sin complicaciones, Bolsonaro permanecerá ingresado "por lo menos dos semanas". Echenique informó que el expresidente se encuentra "despierto, consciente, conversando e incluso ya hizo algún chiste", aunque por el momento se alimenta a través de suero.
Alto riesgo de complicaciones postoperatorias
Los médicos explicaron que Bolsonaro ha sido sometido a múltiples cirugías en los últimos años como consecuencia del atentado que sufrió en 2018. En esta ocasión, su pared abdominal se encontraba "bastante dañada" y su intestino había "sufrido" debido a la obstrucción, lo que sugiere que padecía este cuadro desde hace varios meses, según Birolini.
El equipo médico advirtió que el postoperatorio conlleva un mayor riesgo de complicaciones como inflamación, infecciones, hipertensión, trombosis, problemas de coagulación y afecciones pulmonares, por lo que Bolsonaro requerirá "medidas específicas" para su cuidado. A pesar de esto, expresaron su esperanza de que el líder de la ultraderecha brasileña pueda eventualmente retomar "una vida normal, sin restricciones".
El pasado viernes, Bolsonaro sintió los "fuertes dolores" abdominales que lo llevaron al hospital mientras se encontraba realizando una gira proselitista en el nordeste de Brasil, un bastión tradicional de la izquierda. El doctor Echenique señaló que esta cirugía se encuentra "entre los más complejos" de los procedimientos a los que ha sido sometido el exmandatario desde el ataque de 2018. "Después de experimentar tantos episodios similares en los últimos años, me he acostumbrado al dolor. Pero esta vez, incluso los médicos se sorprendieron", había relatado Bolsonaro en redes sociales el sábado.
Juicio pendiente por intentona golpista
Mientras inicia su recuperación médica, Bolsonaro aguarda que la Corte Suprema de Brasil fije fecha para el juicio en el que será acusado por una presunta trama golpista. La fiscalía lo inculpó formalmente por haber ideado un plan para intentar mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones de octubre de 2022 frente al actual presidente de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva.
Según la acusación, Bolsonaro habría buscado el respaldo de las fuerzas armadas para impedir la asunción de Lula. De ser declarado culpable, podría enfrentar una pena de hasta 40 años de prisión. El exmandatario ha negado las acusaciones y se declara víctima de una "persecución política".
Cabe recordar que Bolsonaro también se encuentra inhabilitado para participar en elecciones hasta el año 2030, tras haber sido sancionado por cuestionar sin pruebas la fiabilidad del sistema de votación brasileño. A pesar de esta inhabilitación, insiste en su intención de ser candidato en las elecciones presidenciales de 2026, comicios en los que Lula, de 79 años, también podría presentarse, configurando un escenario político aún incierto en Brasil. La salud de Bolsonaro se convierte así en un factor adicional en la ya tensa situación política del país.