
La comunidad de São Paulo, Brasil, se vio conmocionada recientemente por la trágica muerte por envenenamiento de una adolescente, que en su cumpleaños número 17 recibió una torta junto a tarjeta sin firma que decía: "Para la chica más hermosa que he visto en mi vida, con la personalidad más increíble que conozco".
Cuando la joven comió la torta no sabía, sin embargo, que estaba envenenada. Tampoco que la persona detrás del crimen era nada más y nada menos que su mejor amiga.
El pasado 31 de mayo, alrededor de las cinco de la tarde, los padres de Ana Luiza Oliveira Neves recibieron un misterioso paquete para la cumpleañera, que en ese momento no estaba en su casa. Cuando la joven llegó a su casa, descubrió que se trataba de una pequeña torta y emocionada envió un audio a un grupo de WhatsApp que compartía con amigos.
"No sé si era una amiga. Ay, les voy a leer la tarjeta, ¡qué ganas tengo de saber quién fue! Estoy loca de emoción. Tiene un montón de stickers y en el reverso hay una nota que dice que soy preciosa. Chicos, les juro por Dios que quiero agradecerle a quien me dio esto", decía el mensaje de voz.
Una hora después de comer la torta, la adolescente empezó a sufrir un fuerte dolor de panza, por lo que sus padres la llevaron a un hospital privado, donde le diagnosticaron intoxicación. Al rato, sin embargo, fue dada de alta y regresó a su casa.
Esa noche, los síntomas empeoraron, por lo que al día siguiente fue trasladada de nuevo a urgencia, pero llegó al centro de salud sin signos vitales. Según el informe médico, 20 minutos antes de recibir asistencia médica había sufrido un paro cardiorrespiratorio, cianosis e hipotermia.
Su cuerpo fue sometido a una autopsia, que reveló la presencia de arsénico, confirmando que la joven había sido envenenada.
La investigación
Tras el fallecimiento, las autoridades iniciaron una investigación urgente. Para la resolución del caso fue clave el testimonio del repartidor que llevó la torta, quien ayudó a identificar a la persona que había encargado el envío.
Esto llevó a la detención de una joven de 17 años, amiga cercana de la víctima, que inicialmente negó su implicación, pero posteriormente confesó haber envenenado el pastel. Según declaró, sólo quería asustar y enfermar a Ana, no matarla.
En ese sentido, la autora del homicidio le dijo a la autoridades que el 15 de mayo había envenenado de la misma forma a otra amiga, que se descompuso pero luego se recuperó de los síntomas.
El caso está siendo investigado por la Comisaría Civil de Itapecerica da Serra, que analiza distintas hipótesis detrás del crimen que cometió la joven, quien padecería de "problemas de autoestima y de salud mental".
La policía solicitó la detención temporal de la adolescente durante 45 días, y el tribunal accedió a la solicitud. Fue enviada a la Fundação Casa y deberá permanecer allí hasta que un juez decida sobre la medida socioeducativa que corresponda, con una pena máxima de tres años.
El dolor del padre
Silvio Ferreira das Neves, el padre de Ana Luiza, habló con la presa después del velatorio de su hija, y reveló que la adolescente que cometió el crimen durmió en casa de la familia desde el sábado hasta el domingo, día del fallecimiento de la víctima.
"Mi hija era una persona pacífica, trabajadora e inocente, que nunca habría desconfiado de una compañera de clase", expresó con la voz entrecortada.
"Esta chica se quedó a dormir en nuestra casa; estuvo todo el tiempo con nosotros, vio a mi hija enfermarse, me vio llevándola al hospital, y al día siguiente, vio a mi hija caerse en el baño y no reaccionó en absoluto", relató con impotencia.
"Después de que mi hija muriera, ella me saludó, me abrazó y me dijo que todo iba a estar bien", indicó. También lamentó que nunca sospechó nada y aseguró que la autora del crimen parecía una persona muy educada y amable. "Nunca en mi vida imaginé que algo así pasaría, y menos por alguien que estaba en mi casa", expresó.
El descargo de la pastelería
En redes sociales, Josieli Franca, propietaria de la pastelería donde fue comprado el postre, aclaró que su local no estuvo involucrado en el crimen.
"Una persona compró un pastel en nuestra tienda física, salió de la tienda con nuestro producto y usó nuestra marca para añadir sustancias aún desconocidas, lo que causó una atrocidad. Quiero dejar muy claro que (la pastelería) 'Menina Trufa' no tiene nada que ver con esto; el producto salió de la tienda y nadie sabe adónde fue", indicó Franca.
En la publicación, también aseguró que la entrega no fue realizada por los repartidores de la tienda, como es habitual. "Se realizó desde un lugar desconocido por un repartidor en motocicleta que no presta servicios a la empresa, sin autorización ni vínculo con nosotros", concluyó.
Con información de Página 12