El B2 es una verdadera maravilla tecnológica: su diseño y materiales especiales lo hacen prácticamente invisible a los radares enemigos, otorgándole una capacidad de sigilo excepcional. Está tripulado por dos pilotos y cuenta con un alcance impresionante de hasta 11.000 kilómetros, lo que le permite realizar misiones de largo alcance sin necesidad de reabastecimiento inmediato.
Además, este bombardero puede transportar hasta 23.000 kilos de bombas, permitiendo realizar ataques de gran envergadura con precisión y potencia.
Su participación en la operación en Irán destacó por la capacidad estratégica que aporta a la Fuerza Aérea estadounidense, reafirmando el dominio tecnológico y militar en misiones críticas a nivel global.