El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco empezará el próximo miércoles 7 de mayo en la Capilla Sixtina.
Desde todas partes del mundo, 135 cardenales ya se encuentran en Roma para participar del proceso, que se desarrollará bajo estrictas normas de secreto y oración. Los purpurados tendrán la responsabilidad de discernir y votar quién será el nuevo líder espiritual de más de 1.300 millones de católicos en el mundo.
Según la tradición, el cónclave se llevará a cabo a puertas cerradas y sin contacto con el exterior. La votación se realizará en sucesivas rondas hasta que uno de los candidatos alcance los dos tercios de los votos necesarios para ser elegido papa. Una vez logrado el consenso, se anunciará al mundo el esperado "Habemus Papam" desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.
Los cardenales electores han dedicado los últimos días a encuentros y reuniones preparatorias, conocidos como "congregaciones generales", donde se analizan los desafíos actuales de la Iglesia, así como las cualidades que debe reunir el próximo pontífice. Voces internas señalaron que se busca un perfil que continúe la línea pastoral cercana al pueblo que caracterizó al papa Francisco, pero que también pueda enfrentar los nuevos desafíos del mundo moderno.
Los dos cónclaves anteriores, celebrados en 2005 y 2013, duraron solo dos días.